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Entrevista:DESAYUNO CON... JOSÉ FUNES

"No descarto que haya más seres en el universo"

Enric González

Dios, la eternidad y las leyes del universo. Son temas definitivos, que requieren un banquetazo supremo o la austeridad más estricta. En este caso, se opta por lo segundo: dos cafés, preparados por el propio director del Observatorio Astronómico Vaticano. La colación se consume en el Palacio Pontificio de Castelgandolfo, residencia veraniega de los papas y sede del observatorio. La mañana es lluviosa, sopla el viento y el palacio, solitario, está en obras. Sólo el portero y los astrónomos pasan aquí el invierno.

"No descarto que existan otros seres inteligentes en el universo, aunque de momento no existan indicios", dice el director del observatorio. ¿Qué pasaría si los encontráramos? Pues que la comunicación resultaría muy difícil, o imposible: podrían estar mucho más avanzados que nosotros, o mucho más atrasados. Sería tan difícil entendernos como lo es para nosotros comunicarnos con una hormiga". José Funes, argentino, jesuita, de 44 años, descubrió su vocación científica en 1969, viendo en televisión el paseo de Neil Armstrong por la Luna. Mientras estudiaba astronomía decidió abrazar también la carrera religiosa. Semanas después de licenciarse ingresó en el noviciado y pasó 11 años estudiando Teología y Filosofía. Luego fue doctor en Astronomía.

Este jesuita coordina con fe y ciencia a los astrónomos del Vaticano

Los enigmas del universo no le plantean problemas religiosos. "Mi fe ayuda a mi ciencia, y al revés. Por supuesto, hay conflictos entre fe y ciencia, ambas permanecen en una tensión constante", explica, "pero es una tensión positiva y todos los conflictos tienen solución con el diálogo".

El salón donde se desayuna es sobrio, esencial y mal iluminado. Hay un retrato de san Ignacio, viejos instrumentos científicos y un televisor que conoció tiempos mejores. En Castelgandolfo ya no se observan los astros: el telescopio del centro se encuentra en Tucson (Arizona), dentro de una de las comunidades universitarias más avanzadas en investigación astronómica.

"No sé si existen astrónomos creacionistas, convencidos de que el mundo y el universo fueron creados en siete días. Yo nunca he encontrado a ninguno. El universo

[la voz del padre Funes es monótona y fluida, profesoral] tiene ahora unos 13.700 millones de años, sigue expandiéndose y se expandirá eternamente". ¿No llegará al colapso? "No. Se mantiene por debajo de la gravedad crítica gracias a la energía oscura, una energía que aún no comprendemos".

El Observatorio Vaticano organiza congresos de gran prestigio, con temas como la detección de planetas similares a la Tierra en otros sistemas solares. "En nuestros congresos no tenemos en cuenta si los participantes son católicos, de otras religiones o no creyentes", dice. "Tampoco nos interesa esa cuestión en los estudiantes a los que concedemos becas; a nuestra reunión de junio asistió una musulmana de Indonesia, con gente de muchos otros países. La Santa Sede paga el 75% de los gastos a los becarios de los países más pobres".

El dinero no sobra. En el observatorio trabajan 13 jesuitas, casi todos en Arizona, y un sacerdote italiano que digitaliza antiguas placas. "No podemos competir con los maxitelescopios de EE UU o la UE, pero tenemos un acuerdo con la Universidad de Arizona, que posee un telescopio de 8,40 metros cercano al nuestro, y eso nos permite mantenernos en punta".

Palacio Pontificio Castelgandolfo

- Dos cafés solos

Cortesía de los astrónomos vaticanos

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