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Entrevista:ALMUERZO CON... FUENSANTA NIETO Y ENRIQUE SOBEJANO

"El futuro de la arquitectura no está en Occidente"

Anatxu Zabalbeascoa

Cuando a final del siglo XIX empezaron a excavar Medina Azahara, creían estar buscando ruinas romanas y la llamaron Córdoba la vieja. Cuando identificaron la mítica ciudad musulmana, un siglo de excavaciones reportó hallazgos que preservar en un museo, inaugurado el año pasado, que ha recibido el premio Aga Kahn.

-¿Quinientos mil dólares?

"A repartir entre los cinco premiados", puntualiza la arquitecta Fuensanta Nieto (Madrid, 1957). Es el galardón mejor dotado de su carrera, en la que figura el Nacional de Arquitectura, y que arrancó cuando conoció a Enrique Sobejano (Madrid, 1957), hoy catedrático en Berlín, en la Universidad de Columbia. "La tenía vista de la escuela, pero ella siempre iba por delante", apostilla él. Atribuyen su relación profesional "de iguales" a que se conocieron "en el mismo nivel", estudiando en Nueva York. Desde 1983, han caminado juntos: tres hijos -el mayor arquitecto- y una retahíla de museos. Estamos en el restaurante del Museo Thyssen.

La pareja ha ganado el Premio Aga Kahn por el Museo de Medina Azahara

"Del Aga Kahn solo sabíamos que se casó con Rita Hayworth. Tiene una fundación que dona fondos para construir escuelas en países en desarrollo. Lo mejor del premio es que te hace ver más allá de Occidente. Sabíamos, por política y por economía, que el futuro ya no es Occidente. Pero esto te hace reflexionar sobre la arquitectura", dice Sobejano. "El premio valora la capacidad de mejora que aporta un edificio a un lugar", añade Nieto. Nadie se presenta. Un jurado elige visitar dos decenas de proyectos.

Él elige lubina y ella tortellini. Comparten tomates con mozarella.

-¿Qué tiene de islámico su museo más allá del sitio arqueológico de la ciudad que fundó Abderramán III en el siglo X? "Es una arquitectura introvertida, organizada en torno a patios con luz indirecta". El edificio está enterrado, desde el exterior no se ve. "En un museo sobre una ciudad es fundamental mantener el paisaje del lugar", opinan. Pero ese recogimiento caracteriza toda su arquitectura. Son varios sus edificios que buscan desaparecer. A veces, como en los museos de Mortizburg y Graz (en Alemania y Austria) bajo cubiertas topográficas. "Las cubiertas han llegado a definir las ciudades, pero son el gran perjudicado del movimiento moderno, que nos dejó sin ellas. Se puede ser moderno sin emplear la cubierta plana".

Brindamos con un rioja. Cuentan que, aprovechando la entrega de premios en Qatar han visitado la ciudad islámica que Foster está construyendo en Masdar. "Es interesante su investigación para lograr una urbe sostenible con coches eléctricos. Lo que me pregunto es si es sostenible hacer eso en un desierto", comenta Sobejano. "Un edificio sostenible es un inmueble que se usa. Si las infraestructuras culturales no tienen uso eso es insostenible", apunta Fuensanta. Y eso que todos los concursos que han ganado, el 95% de sus trabajos, son de infraestructuras culturales. Con todo, deben de ser de los pocos arquitectos que han esquivado la crisis. "Tenemos obras en marcha", precisan con cautela. Frente a la mezquita de Córdoba levantan el nuevo Centro de Arte de la ciudad. También en febrero inaugurarán el Museo de San Telmo en San Sebastián. ¿Cambiará la crisis la cara de los museos? "A pesar de contribuir a la economía, la cultura suele pagar las crisis".

Nieto y Sobejano: "Un edificio sostenible es el que se usa".
Nieto y Sobejano: "Un edificio sostenible es el que se usa".LUIS SEVILLANO

Museo Thyssen. Madrid

- Cecina: 11,25 euros.

- Ensalada de tomate: 11,50.

- Pescado del día: 16,90.

- Tortellini de ricotta: 11,95.

- Cafés, agua y vino: 29.

Total: 80,20 euros.

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