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Entrevista:DESAYUNO CON... FANIA OZ-SALZBERGER

"Los jóvenes deben ver Andalucía antes que Auschwitz"

Se define como una "chica de kibutz", nacida y criada en "el corazón del laborismo-sionismo". Y se incluye en el grupo del israelí medio: "Tres millones de personas laicas, liberales, globales, que trabajamos duro, que hemos forjado una economía exitosa y que pagamos unos impuestos que sirven para financiar a fanáticos en Israel y entre los árabes". La profesora Fania Oz-Salzberger (Hulda, 1960) es un torbellino. La mueca de su sonrisa le acompaña durante el copioso desayuno en un restaurante de Zijron Yaakov, un pueblo fundado en 1882 por el barón Edmund de Rotschild a pocos kilómetros al sur de Haifa, en cuya universidad imparte Historia.

Abundan los espíritus libres en la complejísima sociedad israelí, crisol de gentes y culturas originarias de 70 países. "Lo que recuerdo del kibutz es a la gente siempre discutiendo. ¿Qué significa ser judío y democrático? Discutíamos no la mitad del tiempo, sino todo el tiempo". A la postre, la influencia de estas mentes abiertas brilla por su ausencia en las actitudes de sus líderes. Tal vez por ello, Oz-Salzberger, hija del escritor Amos Oz, ha rechazado militar en cualquier partido. Prefiere escribir artículos para los periódicos más prestigiosos, viajar y enseñar también en Australia. "Yo apoyo ideas, quien las aplique recibirá mi respaldo", comenta mientras recomienda el salmón ahumado.

Hija de Amos Oz y profesora, lucha por 'sacar' a los israelíes del crematorio

Una de esas ideas, el propósito de una fundación israelí, es ciertamente innovadora. Oz-Salzberger defiende con vehemencia que los israelíes jóvenes -judíos pero también árabes- deben visitar "primero Andalucía y después Auschwitz". Cada año, el Gobierno envía a miles de adolescentes hebreos al campo de exterminio polaco. Lo llaman La Marcha de la Vida. "Auschwitz hay que visitarlo a los 30 años. Después de haber leído mucho", sostiene. "El modo en que el Holocausto domina las relaciones entre Europa e Israel crea un diálogo político histérico. Hay que mirar al milenio europeo-judío. Y ese milenio comenzó con la coexistencia entre judíos y musulmanes en Andalucía".

Pisar Auschwitz tan joven "es una mala experiencia", se lanza Fania. "Se trata de estar siempre con el arma en la mano y de que no creamos en los europeos. Lamento decir que yo tampoco me fío de la ONU ni creo que Bruselas nos defienda si nos atacan los árabes. Sólo confío en EE UU. Pero la Europa moderna es obra de judíos y cristianos. Y en ese sentido es también mía. Quiero que mis hijos, dos gemelos de 13 años, vean Toledo, Berlín, Roma y Odessa. Son nuestro pasado cultural. Es lo que necesitamos recordar. Acongoja que la identidad israelí descanse sólo en las cenizas del crematorio". El camarero sirve tortilla de berenjenas, tomate y hierbas. "Es un chef excelente, que mezcla la cocina local con la europea", ríe.

Su relación con Europa raya el amor-odio. "Si los extremistas en Europa comienzan a perseguir a los musulmanes, me pondré del lado de los musulmanes". "El Irán de Mahmud Ahmadineyad", considera, "puede ser una amenaza existencial para Israel, pero ningún poder musulmán ha causado a los judíos las calamidades que nos produjo Europa".

Restaurante Il Bacio. Zijron Yaakov

- Dos cafés con leche.

- Manzana con miel y mermelada de ciruelas.

- Salmón ahumado.

- Pepino con yogur.

- Tortilla con tomate, hierbas y berenjena.

- Bacón y zanahoria.

- Agua con limón.

Total dos desayunos: 59 shekels (11,8 euros).

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