_
_
_
_
_
Entrevista:ALMUERZO CON... CHUS LAGO

"Tras llegar al Polo Sur a base de omega 3, ¡esto es gloria!"

La primera mujer que coronó el Everest sin ayuda de oxígeno (1999) elige almorzar en el mesón Coto da Águila, en montes que pertenecen ya a Redondela, y la cita, desde Vigo, cobra rango de expedición. "Así podemos charlar tranquilos", justifica Chus Lago, exaltando a la vez la empanada de grelos con chorizo de la carta. Está hambrienta y tiene ganas de admirar el espléndido paisaje, con la ría abajo. Pero el Coto da Águila está cerrado. "¡Qué papelón! ¿Lo vas a contar?". Entonces la alpinista propone reconducir los jugos que anticipaba la empanada hacia una brocheta en La Trucha, que también hace buen cuerpo en el estómago vacío aunque haya que zambullirse de nuevo en la ciudad-trinchera que estos días aparenta Vigo, con decenas de calles levantadas por obras. En un rincón amable del restaurante empieza a evocar otros caminos más arduos.

La última gran gesta de la alpinista: 1.130 kilómetros a pie en solitario

Anima a pedir una botella de buen ribeiro: "Yo te ayudo". Y, antes de que llegue el salpicón, ya está esculpiendo en el aire, con ayuda de los salientes de la pared, formas concretas del Himalaya, el Everest o el Pobeda, que son hitos de su épica personal. Alguno tiene tintes trágicos que, sin embargo, nunca la desanimaron de continuar escalando esas y otras cimas del mundo. Tiene 44 años y apenas dedicó tiempo a otra cosa. "Empecé siendo niña y, sin proponérmelo, mi vida ha sido una sucesión de retos: ahora este monte, luego aquel otro...". ¿Y cuando conquistas la cumbre? "Alegría y tristeza a la vez. Y aún hay que reunir fuerzas para bajar".

Para cuando llegan las brochetas, que son la especialidad de la casa, Chus Lago ya ha cargado el ambiente con secuencias de un pundonor que roza lo atroz y atora el apetito, pese a la calidad marina que las brochetas ensartan. "¿Te cuento o no te cuento?". También ella, por contar, apenas come.

Volvió del Polo Sur hace un par de meses, después de arrastrar en solitario, sobre 1.130 kilómetros de nada helada, un trineo con 113 kilos de impedimenta. Sufrió tres ataques de ansiedad: "Inventaba historias positivas para luchar contra ella; si eran negativas, tropezaba y me caía. Nunca había tomado Trankimazin, probé un día y ¡nunca más! ¡Me quedaba dormida caminando!". Tampoco podía saciar el hambre, que intentaba aplacar en intervalos de una hora, durante las 10 o 15 diarias de caminata, con una insulsa dieta de ácidos grasos omega 3. "Esto es gloria", dice metiendo el cuchillo en la brocheta.

La ventisca le obligaba a montar la tienda a cuerpo tendido sobre ella, se le llevó enseres y le desgarró ropas y equipaje -"menos los paneles solares, lo que más defendí: para calentar el agua de las infusiones y recargar el teléfono"- hasta acabar con el equipo desvencijado, y ella como náufrago desnutrido. Sobrevivió a un huracán, pero su peor recuerdo es para el white-out, "una niebla que no te deja ver dónde pisas, ni siquiera ves que avanzas". El 30 de abril, un documental de Canal + expondrá su aventura.

Con el postre, compartido, y los cafés, la política: dos años de concejal de Medio Ambiente en Vigo. "Tenía otra opinión más crítica, no es lo que suponía. Hay mucha gente, y no sólo en mi grupo, con ganas de resolver las cosas, y eso es estimulante".

Lago también es concejal en Vigo.
Lago también es concejal en Vigo.LALO R. VILLAR

La Trucha. Vigo

- Salpicón: 7,70 euros.

- Brocheta de rape: 14,50.

- Brocheta de pulpo: 13,30.

- Tarta de nuez: 3,40.

- Botella de vino: 15.

- Agua: 2.

- Pan: 1.

- Tres cafés: 4,20.

Total con IVA: 61,10 euros.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_