"Mis ojos y los gestos de mi cara son mi batuta"

Lleva un año en España y no se ha privado de probar todo lo que cae en su plato. Le gusta el jamón, saborea el cocido y si desconoce alguna palabra de la amplia gastronomía española no se corta en preguntar y lo pide. De la cocina de su país recuerda con añoranza el bibimbad, una mezcla de arroz, verduras y carne. "Cuando me entra la tristeza me meto en la cocina o me voy a un restaurante coreano que hay escondido en Madrid que me gusta mucho. Allí tengo la sensación de que viajo a mi país a través de los sabores".

Eun Sun Kim (Seúl, 1980) empezó a los cuatro años tocando el piano y lo hacía con entusiasmo hasta que una lesión de brazo le impidió seguir la carrera que se había marcado. La intuición de un profesor encaminó a la joven a la composición y de ahí a la dirección de orquesta. Nació en Corea y supo que su destino era Europa, el lugar donde se había compuesto la música que ella estudiaba con tanto entusiasmo. Su ruta de viaje se inició en Alemania. "Descubrí que allí la música se vive de una forma diferente. Se palpa en cada poro de la piel. Tuve claro que la única manera de entender el país y sus gentes era mezclarme lo más posible con sus habitantes. No quería vivir con el resto de coreanos, que son muchos, porque así no aprendes". Tenía un contrato para dirigir una orquesta en Stuttgart cuando optó por presentarse al Concurso Jesús López Cobos para jóvenes directores de ópera del Teatro Real. Llegó y de un plumazo convenció a todos los músicos de la Orquesta Sinfónica de Madrid, su jurado, de que debía alzarse con el premio. Si en Alemania se hizo un hueco, en Madrid ha conseguido meterse a todos los empleados del Real en el bolsillo. Irradia simpatía y tranquilidad y convence porque se nota que sabe de lo que está hablando. "Me gusta la batuta para dirigir, pero mi verdadera batuta son mis ojos y los gestos de mi cara. Cuando estoy frente a la orquesta me doy cuenta de que arqueando las cejas los maestros me entienden y lo cierto es que me lo paso estupendamente".

La directora de orquesta lleva un año de asistente en el Teatro Real

¿Qué es timbal? Se lo explico y no duda en probarlo. "Me ha gustado la comida española desde que llegué. ¡Qué rica! Somos dos pueblos muy lejanos, pero con muchas cosas en común. Aunque parezca extraño tenemos un sentido del humor bastante parecido y en nuestro menú figura una comida muy similar al cocido madrileño". Mientras pide un entrecot al punto habla de su familia. "Mi padre fue ministro de Cultura en Corea y nunca permitió que ni mi hermano ni yo nos pudiésemos aprovechar de ello. Bueno, lo único, que le enviaban entradas para todos los conciertos, y yo siempre trataba de adueñarme de ellas. Para conseguir viajar a Europa estuve dando clase de música a niños para poder ahorrar algo de dinero". Su madre es profesora. "No sé si será algo que va con el papel de madre, pero tengo grabadas en mi mente las palabras que ella siempre me repite: trabajo, esfuerzo y humildad, humildad, humildad. A veces tengo la sensación de que está pegada a mi oreja repitiendo constantemente esas palabras".

A sus 28 años tiene claro que no quiere volver a Corea. "Si aquí es difícil hacerte un hueco en el mundo de la dirección de orquesta, allí lo es mucho más. Soy feliz en Europa".