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Entrevista:ALMUERZO CON... YOLANDA BARCINA

"Lo paso de miedo disfrazada entre los batasunos"

Aseado y un punto innovador, el restaurante elegido cumple con el requisito del menú económico, apreciado en los tiempos que corren por los políticos cuidadosos de su imagen. Acredite o no la reputación de "puño de hierro en guante de seda", está claro que Yolanda Barcina no da puntada sin hilo. La mujer que ha roto los "techos de cristal" del viejo Reino -primera consejera del Gobierno navarro, primera alcaldesa de Pamplona y ahora, también, primera presidenta del partido gobernante Unión del Pueblo Navarro (UPN)- atempera su marcada personalidad con los atributos femeninos del pragmatismo y la conciliación, pero es enemiga de las cuotas de género. Sus palabras acentúan más que merman el perfil de una dirigente sobrada de temperamento y firmeza: "Hay ocasiones en las que acepto otros puntos de vista". (...) "Me gusta discutir, durante un rato". (...) "No soy mujer de medias tintas", apunta, mientras aspira el aroma del confit de pato.

La nueva presidenta de UPN es enemiga de las cuotas de género

Simpática, desenvuelta, cálida en el trato, Yolanda Barcina protege sus defectos de la curiosidad pública con tanto esmero como el que aplica a demostrar que la fórmula electoral ganadora navarra está hecha de carácter, convicción y laboriosidad, a partes iguales. Debe de ser por eso que sus convecinos le votan una y otra vez, pese a que cuando llegó a la política, hace 13 años, no tenía más conexión con esta tierra que haber estudiado Farmacia en Pamplona. Y es que la presidenta de UPN, "católica practicante sin exagerar", optimista y viajera, nació en Burgos, se crió en Portugalete, investigó en Murcia y Francia, obtuvo la cátedra de Nutrición en Barcelona y ejerció la docencia en Vitoria.

Le pregunto qué le encuentra a la política una investigadora como ella, doctorada con premio extraordinario. "No hay nada más gratificante que ver que los proyectos se hacen realidad", responde. Disciplinada y ordenada, tiene en su haber político el mérito de haber resistido con gran dignidad las encerronas callejeras que los simpatizantes de ETA le preparan los 7 de julio. A los intentos de agresión en la procesión matutina, les sigue, por la tarde, el recibimiento que le dispensan las peñas más cutres en la corrida. "Barcina a la cocina", acostumbran a corear, y luego, entonan esa estrofa que les parece el no va más del ingenio aplicado a la chanza: "La última puta del Ben-Hur (prostíbulo local) es la Barcina, es la Barcina...".

Hay que creerle cuando dice que ni eso, ni ser objetivo de ETA, le quita el sueño. "El agotamiento es mi somnífero preferido", indica. Tiene un alma tan festiva que se disfraza, con sus escoltas, para vivir la juerga sin riesgo a posibles encontronazos. "La última vez fuimos de rastafaris, a lo Bob Marley. Estuvimos bajo sus pancartas que nos llamaban asesinos, pero más que pasar miedo, me lo pasé de miedo", comenta, divertida, sorbete de limón verde en mano.

Aunque es hija de maestra euskalduna de Portugalete y se maneja con soltura en francés e inglés, la presidenta de UPN apenas llega a expresar una idea básica en euskera. Después de 10 años de alcaldesa, cree poder asegurar que las preguntas más difíciles de responder son, con diferencia, las que le hace su hijo Óscar, de nueve años, adoptado en Bolivia. "Él es mi alegría primera, lo que me aferra más a la vida".

Barcina: "El agotamiento es mi somnífero preferido".
Barcina: "El agotamiento es mi somnífero preferido".JESÚS URIARTE

Café de la Plaza Baluarte. Pamplona

- Tres menús: Sopa de ajo con huevo estofado; ensalada de microvegetales; huevos fritos con pimientos; dos confit de pato: 36 euros.

- Sorbete de limón verde: 4,60 euros.

- Café: 1,50 euros.

Total con IVA: 42,10 euros.

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