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Entrevista:ALMUERZO CON... EINAT WILF

"La política no es una batalla perdida"

El nombre de la diputada israelí Einat Wilf (Jerusalén, 1970) significa en hebreo "ojo de agua", en otras palabras "manantial". Una elección acertada pues lo primero que se advierte al conocerla es su diáfana mirada azul, que no pierde un detalle mientras camina por el Paseo del Prado de Madrid. El paseo que hizo la noche anterior le basta para recordar la situación del restaurante elegido con mayor rapidez que sus anfitriones. Wilf no había visitado España en varios años, así que en esta ocasión aprovechó un breve paréntesis de un viaje de trabajo para pasar unos días con su esposo, un periodista alemán, y su hijo de cinco meses. Para atender la entrevista, el padre se ha quedado a cargo del bebé en el hotel.

La diputada israelí forma parte de la legislatura con mayor número de mujeres

Wilf forma parte de la legislatura de la Kneset, el parlamento israelí, con el mayor número de mujeres en la historia: 25 en 120 escaños. "Más de un 20%", comenta con orgullo mientras prueba un trozo de jamón ibérico. "No es un porcentaje maravilloso. Me gustaría que fuera un 40% o un 50%, pero la cifra es comparable a países como Francia, Gran Bretaña o EE UU", puntualiza.

La actual legislatura del parlamento israelí, describe, no solamente es la que cuenta con mayor participación femenina: también es en la que hay más bebés. "Hay un pequeño baby boom en la Kneset", relata con una sonrisa. "Nunca había habido tantas diputadas que dieran a luz mientras ocupaban el escaño. Yo soy la tercera", cuenta. ¿A qué se debe? "Hay una combinación de tres tendencias: hay más mujeres en la Kneset, son más jóvenes que en generaciones anteriores y también que las mujeres están teniendo hijos a una edad mayor", explica. Wilf tenía tan clara su vocación que recuerda que, de adolescente, soñaba con ser la representante de Israel ante la ONU, un puesto que hasta 2010 ocupó una mujer: Gabriela Shalev. "Siempre me interesó la política y escuchaba a los que siempre dicen que meterse en ella es una batalla perdida. Yo pensé que no debería de ser así. Para cambiar la política, tenía que dedicarme a ella", relata mientras da un discreto sorbo a su copa de vino, un Malbec de reserva.

Tiene títulos en Harvard, Cambridge y el INSEAD de París. Wilf subraya que las manifestaciones en los países de Medio Oriente son "la mayor esperanza de paz que se ha tenido en la región" si los movimientos culminan en Gobiernos democráticos. "Es mucho más fácil hablar cuando se comparten valores". Lamenta que la imagen que proyecta Israel en el mundo sea, a su juicio, la más alejada de la realidad. "Quizá la que más", asegura mientras prueba el pad thai (un salteado de fideos) de la casa.

Enumera los países europeos que tienen la peor imagen de su país. Uno de ellos, España. Casi un 35% de los españoles tiene una imagen "desfavorable o totalmente desfavorable" de Israel, según una encuesta encargada por el Ministerio de Asuntos Exteriores español difundida en marzo. "Extrañan mucho los datos. Es algo que, como sociedad israelí, nos hiere mucho", se lamenta.

Einat Wilf: "Hay un pequeño <i>baby boom</i> en la Kneset".
Einat Wilf: "Hay un pequeño baby boom en la Kneset".ULY MARTÍN

La Mucca de Prado. Madrid

- Coca-Cola: 2,50 euros.

- Copa de vino tinto: 7.

- Ración de jamón ibérico: 18.

- Salmorejo: 6,50.

- Tataki de atún: 18.

- Pad thai: 11.

- Cafés: 3.

- Agua con gas: 2,50.

Total: 68,50 euros.

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