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Entrevista:CELESTINO CORBACHO | Ministro de Trabajo e Inmigración

"No practico el sentido del humor"

Pregunta. El Gobierno ha tardado en reconocer la crisis. ¿Se han caído del guindo o les ha pillado el toro?

Respuesta. Ninguna de las dos cosas. La crisis ha ido a una velocidad que ni los mejores analistas mundiales pudieron prever.

P. ¿Y ahora ustedes no tienen arte ni parte?

R. No, no es eso. La prueba de que teníamos datos de que esto iba a cambiar es que en el primer Consejo de Ministros se aprobó un paquete de medidas económicas.

P. Dice que la Vice no le tira de las orejas. ¿De dónde le tira?

R. Pues hombre, yo creo que me tira de la amistad.

P. ¿Es usted lo más de derechas del Gobierno o hay ejemplares con más méritos?

R. Estoy en el partido desde el año 76, y entonces una persona de derechas nunca se hubiera afiliado al PSOE. El Gobierno no es ni de derechas ni de izquierdas. Es un Gobierno socialista en el que participamos todos de un mismo ideario de progreso.

P. ¿Cree que está haciendo bien los deberes? ¿Qué nota se pondría?

R. Yo nunca me pondré nota. Espero que me la pongan los ciudadanos y, sobre todo, el presidente Zapatero.

P. ¿Es mejor ser ministro o trabajar?

R. No se puede ser ministro de Trabajo y no trabajar.

P. ¿Y ministro de otra cosa, sí?

R. Bueno, creo que todos los ministros tenemos una alta dedicación y sólo perseguimos ser útiles a los ciudadanos y cumplir nuestros compromisos.

P. Desde el 94 no se baja del coche oficial. Y veo que tampoco se quita el uniforme.

R. El uniforme me lo quito sobre todo el fin de semana; el mental, menos de lo que sería higiénicamente necesario.

P. Es todo curre.

R. Sintiéndome identificado y a gusto, nunca he visto el trabajo como un problema.

P. Y nunca se suelta el pelo.

R. El terreno en el que estoy es suficientemente serio como para no soltarse la melena. Ahora, mi vida privada es muy estable y muy feliz.

P. Su lema de alcalde, Corbacho cumple, ¿desató la curiosidad femenina?

R. Hombre [ríe], todas las cosas tienen una segunda lectura. Sí que es verdad que, en esa campaña, a mi mujer le preguntaban: "¿Es verdad que cumple?".

P. No sé si comparte su fama de duro. ¿En el Oeste sería el pistolero o la chica del saloon?

R. No me veo en ninguno de los dos papeles. Lo que soy es una persona muy rigurosa, y en el trabajo, más.

P. No es que tenga mucho sentido del humor.

R. El sentido del humor yo no lo practico, pero lo paso muy bien cuando alguien tiene la gran virtud de hacerme reír. Yo era un gran admirador de Eugenio.

P. ¿Zapatero es un socialista light, un crack, el primo de Zumosol?

R. Yo creo que Zapatero es un socialista de la cabeza a los pies. Y no hay que confundirse porque sea una persona afable, a la que no se le ha subido el cargo. Cuando tiene que tomar decisiones, ejerce de presidente del Gobierno.

P. ¿Y usted lleva 58 años siendo así?

R. Bueno, yo no creo que ser serio sea un problema. Cuando era alcalde ésa era mi fama, y ser muy exigente en el trabajo. Pero cuando tenía que ir a una fiesta popular y ponerme a bailar un pasodoble, pues me ponía. Y hasta bailaba Paquito el Chocolatero.

P. Fíjese que no me lo imagino.

R. Bueno, pues mire: en todo caso, cuando haya por la provincia de Madrid una fiesta popular, me invita, y nos marcamos un pasodoble.

P. ¿Está más cerca de Armani o de Zara?

R. Más cerca de Zara, aunque no me vista allí. Tiene, en mi opinión, las dos cosas importantes: diseño y precio.

P. Siendo extremeño recriado en Cataluña, ¿jamón o butifarra?

R. Yo creo que son dos productos magníficos, y cada uno tiene su momento.

P. No se moja ni debajo de la ducha.

R. En la ducha me mojo, y disfruto. Es un placer, y te da energía.

P. ¿Es el único placer que se concede?

R. No. Yo me concedo muchos placeres, pero no hay que entenderlos necesariamente en ese ámbito al que siempre atribuimos el placer.

P. ¿A qué ámbito se refiere?

R. Entiendo el placer como la suma de muchos pequeños momentos: pasear por la orilla del mar, una puesta de sol o trabajar.

P. ¿Le gusta que le hagan cosquillas?

R. Me gusta que me hagan cosquillas, sí.

P. Antes de las municipales dijo: "Mi cajón de vanidades está más que cubierto". ¿Ahora se le ha desbordado?

R. No. Hace muchos años que he subido al olivo y ya he bajado de él. Paso del glamour, de la vanidad y de la apariencia.

P. Cuando entrevisté a Solbes me dijo que él era el abuelito de Heidi. ¿Usted podría ser Heidi?

R. Hombre, si Pedro Solbes se autodefinió como el abuelito, y suponiendo que yo tuviera la edad de Heidi... me encantaría tener de abuelo a Pedro Solbes.

El ministro Corbacho, fotografiado el miércoles en su casa, en plena vena deportiva.
El ministro Corbacho, fotografiado el miércoles en su casa, en plena vena deportiva.BERNARDO PÉREZ

Perfil

El ministro se confiesa adicto al trabajo, y lo peor es que parece que es verdad. Corre seis kilómetros en la cinta que tiene en casa, y dice ser un desastre en la cocina, pero comparte tareas domésticas. Le encanta calificarse de tipo normal y corriente que se

ha hecho a sí mismo. Al preguntarle qué quería ser de pequeño, responde: "Mayor". Como si cupiera lo contrario, se despide pidiendo: "Ponga en valor mi seriedad".

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