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Entrevista:RITA BARBERÁ | Alcaldesa de Valencia

'Con el rojo me siento más segura'

PERFIL. A sus 53 años, es pata negra del PP, pues procede de la vieja observancia fraguista. Más valenciana que una falla, es toda desmesura, carcajada y gestualidad, y dicen que más ruido que nueces. Su populismo hace que, cuando sale en procesión, levante más aplausos que la mismísima Virgen de los Desamparados. Le gustan la fotografía, la música y el dominó.

Pregunta. Ha cumplido diez años de pontificado. ¿A cuántos aspira?

Respuesta. Ja, ja, ja. A lo que quieran los ciudadanos, y a seguir mejorando la ciudad.

P. Hay quien dice que se le va toda la pólvora en salvas.

R. Pues yo creo que la realidad de la calle y las obras no son pólvora. Y si, además, las das con una sonrisa y una traca, mejor.

P. De puro valenciana, ¿es todo naranja, paella y falla?

R. Todo eso y más cosas. Y no tiene que avergonzarnos. Yo me siento muy orgullosa de la historia de Valencia, de sus tradiciones, su cultura y su modernidad.

P. ¿Es una fuerza de la naturaleza, a golpe de bolso y de carcajada?

R. No lo sé. Soy una persona espontánea, alegre y fundamentalmente vitalista.

P. Muy aficionada al entorno hortofrutícola, a fotografiarse en los mercados.

R. Es que los mercados tienen cantidad de valores: despiertan al barrio, son los primeros creadores de empleo y son lugares de convivencia, de vida.

P. Con tanta convivencia, ¿logra que le salga la compra gratis?

R. Nunca. Yo pago todo. Y, además, compro más de lo que debo.

P. ¿Se considera el ajo de todas las salsas?

R. No, en absoluto. Lo que tengo es el deber de impulsar, dirigir, estimular, compartir, ilusionar, proyectar y decidir.

P. Se definió liberal-conservadora. ¿Eso qué es?

R. Pues, si me aprieta mucho más, soy ácrata, atípica. Yo valoro mucho más la espontaneidad, la sinceridad y, evidentemente, como todos, la libertad, faltaría más.

P. Está igual en bautizos que en entierros. ¿Cómo se aprende a ser populista y a comer de todo?

R. Es que esto es un concepto de gobernar en el sentido de la proximidad. Yo siempre he dicho que el despacho del alcalde no es un recinto cerrado: es toda la ciudad.

P. ¿Tiene más devoción por la Virgen de los Desamparados o por Manuel Fraga?

R. ¡Huy!, las devociones son un producto de las creencias religiosas. Yo lo que deseo es que la Virgen de los Desamparados proteja mi mandato.

P. Y de Fraga, ¿qué?

R. [Carcajada]. Yo me había salido por ahí... A Manuel Fraga, en política, hay que reconocerle mucho, sobre todo su entrega y su sinceridad. Yo le tengo una profunda admiración como persona. Pero con la Virgen de los Desamparados no hay comparación.

P. ¿Qué hay entre Zaplana y usted, aparte de mucho PP?

R. Amistad, colaboración, proyecto en común, ilusión, ganas y complicidad.

P. A él no le mueve la silla. Pero ¿a algún ministro?

R. Nooooooo. Yo tengo pasión por Valencia.

P. Se puede ser valenciana y ministra.

R. Ya lo creo. Pero yo me refiero al ejercicio de la política aquí.

P. Aznar, tras la boda de Luisa Fernanda Rudi: 'Ahora te toca a ti, Rita'. ¿Osado o desinformado?

R. Era una broma, una broma absoluta. Una amabilidad.

P. ¿Capitaneando el equipo de balonmano del colegio es cuando aprendió a echar balones fuera?

R. Perdíamos todos los partidos [risas], no teníamos ni cancha en aquel colegio. Un día fuimos a jugar a uno que tenía una cancha de verdad y no sabíamos ni dónde estaba la portería.

P. ¿En qué atracción se subiría en Terra Mítica?

R. Con el calor que tengo ahora, seguramente estaría sentada en el agua [risotada].

P. Viste mucho de rojo o de blanco.

R. El rojo creo que favorece a las morenas y, además, con el rojo yo me siento más segura.

P. Le pasa sólo con el vestuario, no en política, ¿no?

R. [Larga carcajada]. No hay un problema de rojeces, sino de sensibilidad. Yo soy sensible. Y si el rojo se quiere identificar con una posición política más o menos sensible, me incluyo.

P. ¿No va un poco sobrada?

R. No. Siempre se aprende.

P. ¿Nunca ha pensado: '¿Quién me mandaría a mí meterme en esto?'.

R. Es que yo, cuando ejercía el periodismo, en el fondo, lo que tenía era lo mismo: una vocación pública. Y es un poco cambiar de lado de la barrera.

P. ¿Sólo le falta ser fallera mayor?

R. No, qué va [ríe]. Me faltan muchísimas cosas; entre otras, aprender a funcionar muy bien con los ordenadores y con los Internet, y todos ésos. Yo ya fui fallera de joven.

Rita Barberá, en un puesto de flores de la plaza del Ayuntamiento de Valencia.
Rita Barberá, en un puesto de flores de la plaza del Ayuntamiento de Valencia.JESÚS CISCAR

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