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Reportaje:

La tumba de James Brown sigue vacía

El cuerpo permanece insepulto por problemas familiares y de herencia

Para alguien cuyo lema en la vida era "los problemas se arreglan bailando", su cuerpo inerte es ahora el problema. Dos semanas después de su fallecimiento, el cadáver del cantante James Brown está en casa a la espera de que familiares, herederos y amigos de mejor o peor calaña acuerden dónde enterrarle y, sobre todo, la manera de repartir su herencia.

Nadie sabe cuántos hijos tiene el cantante ni si la mujer con quien vivía puede ser su viuda legal

Quienes entran y salen de ese círculo familiar y comercial aseguran que el féretro está cerrado y que la temperatura de la habituación se mantiene baja. Dos guardias de seguridad en la puerta impiden la tentación de que la escena acabe retratada y vendida a la prensa sensacionalista. Dicen los abogados que el problema no es su muerte sino su vida: nadie sabe exactamente ni cuántos hijos tiene ni si la mujer que se presenta como su viuda posee realmente ese título. No puede decirse que la suya fuera una familia típica, porque unos hijos no reconocen a otros como hermanos y sus madres no se hablan entre sí.

Metido en el féretro durante el funeral festivo que recibió en Augusta (Georgia), Brown estaba elegante, a su estilo: chaqueta con lentejuelas en la solapa, camisa roja radiante, guantes, brillantes en la punta de las botas y, por supuesto, bien peinado. Un hombre sólo lo es si tiene buen pelo y perfecta dentadura, decía en vida.

Brown murió a los 73 años por problemas coronarios. Su abogado, Buddy Dallas, ha confirmado que el testamento no se ha abierto y que su red familiar es demasiado compleja como para no poner candados en la puerta: "Imagínese lo que podría haber ocurrido, habrían desaparecido cosas de las estanterías como si fueran las rebajas", dice Dallas.

La mayor parte de las disputas giran en torno a esa compañera de los últimos años, Tomi Rae Hynie, con quien Brown tenía un hijo de cinco años y una relación turbulenta. Aunque vivían juntos desde hace años, nadie sabía muy bien si eran amigos o enemigos. Hynie confesó a Larry King en la CNN, con el rímel corrido por las lágrimas, que es verdad que discutían y se pegaban, pero sólo "porque los dos somos muy apasionados". Ella dice que es la viuda, y es verdad que estuvieron casados, pero eso fue antes de que el cantante descubriera que Hynes estaba casada con otro individuo del que nunca se había divorciado. Brown anuló el matrimonio pero siguió viviendo con ella. Hynie no fue invitada al funeral y no puede recoger sus cosas. Dice que vive en moteles baratos. Ha contado que en los últimos años Brown sufría cáncer de próstata y tenía problemas sexuales, un exceso de información que no ha sentado nada bien al otro lado de la familia.

Cinco días después de las coloridas exequias, la funeraria envió el féretro a casa del cantante al ver que la cosa iba para largo. El abogado de Hynes y mediador, Thornton Morris, ha dicho que tiene esperanza "de que las partes puedan sentarse y superar el problema y superarlo de manera victoriosa ".

"Victoriosa" es la palabra clave porque la fortuna del cantante puede resolver la vida a quien asuma el control final del cadáver. Otros piensan que la herencia está plagada de deudas. Además, una antigua secretaria mantiene una demanda contra el artista por 106 millones de dólares; acusa a Brown de violación a punta de pistola en 1988. Ha pedido al Supremo que acepte a trámite la demanda pese a tardar casi 20 años en presentarla.

Mientras, dos individuos de Atmore (Alabama) se liaron a tiros por una discusión sobre la estatura del cantante. Uno de ellos está ingresado con dos disparos en el estómago. Brown medía 1,66, pero todo el mundo sabe que llevaba alzas.

Tomi Hynie en el funeral de su pareja James Brown, el 30 de diciembre.
Tomi Hynie en el funeral de su pareja James Brown, el 30 de diciembre.REUTERS

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