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Reportaje:

Este verano, el mes de julio más frío y lluvioso del siglo

Se especula mucho en estas fechas sobre posibles cambios a nivel mundial. Verano como el sufrido algunas semanas de estos meses apoyan hipótesis sensacionalistas y que verdaderamente rozan la ciencia-ficción.Anomalías climáticas como las acaecidas en EEUU, Australia o Europa en el verano-pasado, ayudan también a mantener las suposiciones de que algo extraño acontece en la atmósfera de nuestro planeta. Pero, ¿existe un verdadero fundamento científico para pensar que estamos en una época crítica, meteorológicamente hablando? La respuesta en este sentido es rotunda: no poseemos series cronológicas de datos suficientemente amplias que lleguen a aportar explicaciones concretas sobre el tema.

Las observaciones más antiguas que los meteorólogos pueden utilizar no se alargan más allá de los trescientos años. Y sabemos por cronicones y archivos históricos de duros cambios del tiempo habidos en épocás remotas. En España, concretamente, se habla de tremendas sequías, hambres y plagas habidas a principio de la Edad Media. Son comentados esos hechos en archivos parroquiales en los que se llega a decir que se sacaban, al exterior de los templos imágenes religiosas con el fin de implorar las lluvias. A nivel mundial, todos sabemos que los vikingos, al llegar a Groenlandia, la bautizaron precisamente Tierra Verde, por la gran cantidad de pastos y el ambiente suave que poseía entonces. Hoy solamente se puede encontrar allí un clima glacíal. Aunque parezca mentira, siempre habrán, existido en épocas pasadas situaciones tanto o más duras que las que calificamos como novedad en el presente.

Las modernas teorías

La Organización Meteorológica Mundial (OMM). consciente de las situaciones atmosféricas que tanto preocupan en la actualidad al gran público, celebró no hace mucho un congreso de carácter mundial en Norwich (Inglaterra). Allí se expusieron unas teorías científicas realmente apasionantes. Sin embargo, todas y cada una de ellas fueron cautamente depuradas y rigurosamente criticadas por los responsables del mencionado congreso Cabría citar de pasada que allí se habló, entre otras cosas, de:- Influencia del ciclo de las manchas solares en los cambios climáticos.

- Efectos de anhídrido carbónico como amortiguador de las radiaciones solares de onda corta.

- Desviación de las corrientes marinas condicionadas a las reservas de hielos polares.

Dendrocronología (estudio de los anillos de los troncos de los árboles condicionados al clima).

- Estudios de antiguos glaciales y tierras desérticas, donde existió en tiempos remotos, abundante vegetación (estudio de fósiles con el carbono-14).

- Descenso de las aguas en lagos y mares cerrados (Caspio, Victoria, etcétera).

- Paso de nuestro planeta por zonas cósmicas, donde cámbia el campo magnético y, consecuentemente, la ionización de las capas más altas de la atmósfera terrestre.

-Fluctuaciones de cosechas agrícolas a lo largo del tiempo y sus posibles correlaciones con la evolución climática.

-Oscilación de los polos terrestres con los movimientos mutacionales de los mismos y su repercusión sobre la influencia en la ubicación de las zonas glaciales.

- Influencia de las grandes erupciones volcánicas con sus aportes de cenizas, hollín y gases en general a las capas estratosféricas (recordar Krakatoa, cuyas cenizas dieron varias vueltas al mundo).

- Influencia de las pruebas atómicas. En este punto, se observó que las mismas no tienen gran importancia -por ahora- a escala mundial, pero sí son responsables de una perturbación muy intensa a escala local (de tipo atmosférico entre otros).

- Disminución del ozono por actividades aeronáuticas e industriales.

En resumen, las teorías e hipótesis de los grandes científicos (Land, Panofsky, Crutzen, Ramanathan, Stolarsky, Kukla, Starr ...), centran su interés en una predicción de fluctuaciones climáticas a largo plazo, pero que están hoy día en sus albores. De todas formas, los extremos de calor y frío, humedad y sequías, son todavía realidades lejos de una manipulación y aún comprensión completa por parte del hombre.

Un julio insólito

Los años de 1971 a 1973 fueron de largas y duras sequías. El de 1977 está resultando anormalmente frío y lluvioso. Muy popular se ha hecho en el pasado mes de julio de «es un suave invierno el que tenemos este verano»; otros estimababan que «el verano se ha declarado también en huelga... de clima». No cabe duda de que veranos como el que hemos tenido hasta ahora aparecen rara vez a lo largo de un siglo. Sin embargo, se observa que en otros años como el de 1947 y 1959 se aprecian veranos con grandes cantidades de precipitaciones. De todas formas, hay un dato verdaderamente insólito: el pasado mes de julio ha sido el más frío y lluvioso en lo que va de siglo en la España peninsular.

Una difícil previsión

No conocemos más que trescientos años de pretérito de observaciones meteorológicas con aparatos (además de forma incompleta y aislada). Y poco podemos escudriñar en épocas más remotas. Difícil es, con esto, prever lo que va a suceder en un futuro inmediato. y verdaderamente conscientes (y modestos) de ello son los científicos. Pocas ciencias son tan empíricas como la Meteorología (y consecuentemente, la climatología). Sin embargo, hoy día entran variables como contaminación atmosférica y deterioro del medio ambiente (influyentes en cambios meteorológicos a pequeña o gran escala), que exigen un empirismo lo más breve posible..., pero que no deben contribuir al alarmismo.

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