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Reportaje:RUTAS URBANAS

Delicias de Buenos Aires

Hoteles, restaurantes y barrios repletos de creatividad

Cocina de fusión y ropa de jóvenes diseñadores en el barrio de Palermo Viejo. Parrillas donde hartarse del 'bife' y asados. Y un anticuario convertido en hotel. Aires de renovación en la capital argentina.

Según las zonas, Buenos Aires se parece a Madrid, París, Lisboa o Nueva York. Pero sobre todo se parece a sí misma. Cosmopolita y arrabalera, al volver una esquina se descubre un mundo. Y en algunas calles céntricas, cuando cierran las tiendas y se apaga el sol, aparece una corte de desheredados que rebuscan en las basuras algo que vender, algo que comer. Lujo y penuria. Las dos caras de Argentina, tan cerca y tan lejos, se condensan en la capital.

Es evidente que el país supera la crisis. La desigualdad persiste, pero la economía crece, la ciudad prospera y lo hará más. Como en toda urbe que se precie, nuevos aires ventilan la capital porteña con corrientes de vanguardia que renuevan los barrios más legendarios y llegan hasta el territorio onírico del delta del Paraná.

Desde Europa, la industria hotelera y el capital inmobiliario acuden a las áreas emergentes como moscas a la miel. Todavía todo cuesta la tercera parte que en Madrid o Barcelona, pero los buenos precios no durarán mucho. Superposición y simbiosis, Buenos Aires suma y sigue. En alza.

1 De Hollywood al Soho

Palermo Viejo es el barrio donde vivió Borges toda su juventud y el núcleo de una zona más amplia en la que se han asentado los restaurantes de fusión y las tiendas de ropa y decoración de los jóvenes creadores. La transformación empezó en Las Cañitas, tuvo su explosión en Palermo Hollywood -rebautizado así porque en 2000 se empezaron a instalar aquí los estudios y productoras de televisión- y se extendió a Palermo Soho, que recuerda al célebre barrio de Nueva York.

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Aquí lo suyo es brujulear en busca de una pieza única, o casi. Es lo que ocurre, por ejemplo, en Doctor Wintercrow (Malabia, 2059): cuero o piel de carpincho bien curtidos, con calidad y diseño, en series limitadas: sólo hacen tres o cuatro ejemplares de cada modelo. Bacano (Armenia, 1544) es una tienda de interiorismo que no tiene sucursales, donde se encuentran muebles de madera y objetos, desde una alfombra hasta un cuadro, siempre originales.

La moda nacional está en auge, y algunos de sus creadores tienen muchas tiendas en Buenos Aires, como Jazmín Chebar (El Salvador, 4702) o Rapsodia (Andrés Arguibel, 2899), e incluso franquicias como Dorina Vidoni (Honduras, 4834).

2 La moda emigra a San Telmo

Mientras Palermo se hace cada vez más comercial, los más independientes empiezan a emigrar a San Telmo, el barrio de los anticuarios, el tango y las milongas, que va camino de convertirse en el nuevo Village. Algunos pioneros ya han instalado sus talleres y en julio de 2007 se inaugurará Axel Buenos Aires, el primer hotel gay de la ciudad más friendly de Latinoamérica. Con propietario catalán y arquitectos argentinos, tendrá diseño y un marcado carácter porteño. El proyecto incluye la promoción de apartamentos de 100 metros cuadrados que prevén vender a 120.000 euros (www.axelhotels.com). En mayo tiene previsto abrir sus puertas otro hotel singular que fue importante anticuario, Mansión Vitraux (www.mansionvitraux.com).

3 2,5 vacas por argentino

Según las estadísticas, los argentinos engullen al año un promedio de 2,5 vacas por habitante. Al principio, también el viajero busca bifes y asados. Para esa fase, dos parrillas excelentes: La Brigada (Estados Unidos, 465), en San Telmo, y Nica (Humboldt, 2006), en Palermo.

Pero al cabo urge encontrar alternativas, y es el momento de hacer esta ruta gastronómica por la evolución de Palermo. Con solera: Cantina A Los Amigos (Gurruchaga y Jufré) y El Preferido de Palermo (Serrano y Guatemala). Modernos y decorativos: Bar 6 (Armenia, 1676), muy de moda; Grappa (El Salvador, 5802), pizzas en un buen bistrot; Casa Cruz (Uriarte, 1658), comida urbana y bar de copas; Piegari (Baez, 400 / Las Cañitas), cocina italiana actual.

4 La noche

Para calentar motores, lo mejor es ir a algunos de los bares de Palermo Hollywood, entre las calles de Niceto Vega, Humboldt, Carranza y Nicaragua. Para correrla por discotecas: Crobar (Libertador, 3883), Hanoi y The Roxy (avenida de Casares y Sarmiento), La Diosa (Salguero, 3731), Modesta (Armenia, 1740), Rumi (avenida de Figueroa Alcorta y La Pampa), Voodoo (Báez, 340) y Mint (avenida Costanera en el predio de Punta Carrasco).

5 Padre río, madre selva

Antes de desembocar, el Paraná, nombre guaraní que significa padre del mar, forma un archipiélago gigantesco de 40.000 kilómetros cuadrados, surcado por más de 500 afluentes y cubierto de una vegetación selvática. A sólo 32 kilómetros de la capital, se puede ir en tren hasta la estación de Tigre. Por el río pasan embarcaciones que siguen siendo el transporte colectivo de los habitantes del delta, y en el muelle, algunas lanchas esperan la llegada de clientes que prefieran navegar en privado. Por un módico precio se puede elegir duración e itinerario para adentrase en un laberinto fascinante: más de 2.500 kilómetros de cauces navegables que se abren paso por un bosque de ceibos, lianas, lirios y madreselva.

En esa maraña viven centenares de aves, anfibios y el ciervo de los pantanos. Y también gente, emboscada en preciosas casas de madera construidas sobre pilotes, con su embarcadero particular, que en origen se importaron de Inglaterra a finales del siglo XIX. Algunas de ellas, decadentes o restauradas, todavía se asoman a las orillas, y, para no romper ese punto retro, viejas barcas surcan las aguas de color café con leche. Río abajo, otras casas envidiables ofrecen una versión contemporánea del mismo estilo, aparecen pequeños hoteles y restaurantes donde atracan yates y catamaranes lujosos, y jóvenes bronceados disfrutan de la vida a bordo de sus motos de agua, sus motoras o sus tablas de windsurf.

El Paraná desemboca, ancho como un mar, frente al skyline del Gran Buenos Aires. Tan cerca de la ciudad, fincas, urbanizaciones y resorts exclusivos planean sobre el delta. Al final de la travesía, también el navegante accidental quiere afincarse en este mundo raro e inquietante, aunque sea temporalmente. En su mano está remontar el río y pedir albergue en uno de los palafitos que quedaron atrás.

El bar El Borrego, en el cruce de las calles Defensa y Humberto Primo, en el barrio de San Telmo de Buenos Aires.
El bar El Borrego, en el cruce de las calles Defensa y Humberto Primo, en el barrio de San Telmo de Buenos Aires.RICARDO CEPPI

GUÍA PRÁCTICA

Cómo ir- Iberia (902 40 05 00; www.iberia.com) tiene vuelos de ida y vuelta de Madrid a Buenos Aires, desde 730 euros.- Air Comet (900 99 54 99; www.airpluscomet.com), ida y vuelta desde Madrid, a partir de 776 euros.Dormir- Hotel Panamericano (00 54 11 43 48 51 77; número gratuito para marcar desde España, 900 93 14 68; www.panamericanobuenosaires.com). Carlos Pellegrini, 551. Entre el teatro Colón y el Obelisco, un clásico(Tomo I, en el hotel, es uno de los mejores restaurantes de Buenos Aires). La habitación doble, 217 euros.- Home Buenos Aires (00 54 11 47 48 10 08; www.homebuenosaires.com). Honduras, 5860. Palermo.Con encanto, piscina, coctelería.La habitación doble, 88 euros.- Five Cool Rooms (00 54 11 52 35 55 55; www.fivebuenosaires.com). Honduras,4742. Palermo. Un B&B de lo más cool. La doble, desde 76 euros.Información- Turismo de Argentina en España(917 71 05 46; www.turismo.gov).- Palermo mapas selección. Folletos gratuitos y monográficos (gastronomía y hospedaje, diseño, indumentaria...) disponibles en casi todos los locales.- Buenos Aires Design (00 54 11 57 77 60 00; www.designrecoleta.com.ar). Pueyrredón y Libertador. Todo un centro dedicado a las tendencias.- Turismo de Tigre (www.tigre.gov.ar).

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