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Reportaje:TENDENCIAS

La parada del tranvía levita

Hoteles, restaurantes y edificios que convierten la calle en escaparate de tendencias

Anatxu Zabalbeascoa

El nuevo diseño para peatones se encuentra en paradas de tranvía, escaparates o puestos de mercado. Así, en algunas paradas de autobús merece la pena esperar. En Darmstadt, el equipo de Netzwerk-Architekten (www.netzwerk-architekten.de) ha ideado esculturas geométricas de cristal retroiluminadas con tubos de neón que, como es de esperar, cambian dramáticamente la faz y el color de la ciudad cuando llega la noche y se iluminan. También jugando con la luz, un inglés muy discreto, el diseñador Jasper Morrison, firmó en Weil am Rheim (Alemania) una de las paradas de autobús más bonitas de la historia del transporte. Tenía truco: los asientos -que él conseguía hacer desaparecer- son dos de las famosas sillas metálicas del matrimonio Eames, producidas por la empresa Vitra (www.vitra.com), que tiene su fábrica junto a la parada. Pero no hace falta ir tan lejos. También en España hay diseño que va en autobús. En Alicante, tres jóvenes han celebrado el paso del nuevo tranvía.

Espacios públicos.

Une el centro del ensanche de Alicante con las playas de San Juan. La parada principal, en la plaza de Sergio Cardell, habla en voz alta al tiempo que parece levitar. Los jóvenes arquitectos de Subarquitectura (Fernando Valderrama, Andrés Silanes y Carlos Bañón; www.subarquitectura.com) tomaron el volumen de un tranvía, agujerearon esos prismas metálicos y los hicieron flotar. Alrededor construyeron una plaza-parque (plaza de Sergio Cardell) que hace olvidar el tráfico de coches que la rodea. De noche, los 800 agujeros de las marquesinas dejan escapar la luz y la parada se convierte en dos lámparas urbanas que recuerdan a un cielo estrellado.

Si no le apetece coger el tranvía, el eyeshoping (comprar con la vista) o ir de escaparates puede convertirse en un paseo glamouroso cuando grandes del diseño han decorado los escaparates. En Milán (Italia), los almacenes La Rinascente (Piazza Duomo; www.cibicpartners.com) han tenido un decorador de excepción que, jugando con leds, ha remodelado sus fachadas con gran espectáculo. ¿Puede haber algo más cambiante que la moda que muestra un escaparate? Parece que las luces ideadas por Aldo Cibic cambian con mucha más frecuencia.

El deporte del espectáculo.

A los que tienen mejor vista para grandes acontecimientos va dedicado el apartado de los grandes estadios. Como lo fueran los museos o las discotecas, el deporte es hoy el gran aliado de la arquitectura espectáculo. En Tenerife, el estudio AMP (www.amparquitectos.com) ideó un estadio con forma de cráter que consigue que un volumen mastodóntico se sume a la geografía de la isla. En contraposición, el estadio principal para los Juegos Olímpicos de Pekín, que dibujaron los suizos Herzog & De Meuron, tiene forma de nido y está hecho para ser visto, para celebrar la atención mundial, pero con la sutileza de las ramas. En Palencia, Patxi Mangado (www.patximangado.com) ideó un lugar sobrio y urbano, un campo rotundo como el esfuerzo físico, funcionalmente decorado con cuatro torres de luz que lo convierten en monumento.

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Arquicostura.

Si alguien desea vivir unos días rodeado de alta costura, ahora puede hacerlo. La moda ha saltado del cuerpo al espacio y hoy son muchos los modistas que han metido un pie en un restaurante y otro en un hotel. Así, la arquicostura ha acercado la moda a la arquitectura y, tantas veces, la arquitectura a la moda. El último en hacer una propuesta exquisita ha sido Christian Lacroix. Su hotel Le Bellechasse (www.lebellechasse.com; 8 Rue de Bellechasse), en la orilla izquierda del Sena, quiere recrear el esplendor del París bohemio. En las 34 habitaciones en las que frescos sobre las Tullerías o Saint-Germain conviven con electrodomésticos de tecnología punta, la yuxtaposición es la clave.

Descansar y comer.

Puro hedonismo. Éstas son dos de las necesidades que satisface el diseño más espectacular. Saturados de minimalismos y barroquismos, lo que impera ahora es la naturalidad. Pero ¿qué es lo natural? En Londres, el dueño de la cadena de restaurantes Olivo ha encargado al arquitecto Pierluigi Piu su nuevo Olivomare (Lower Belgrave, 10), con suelos, sillas y mesas blancos contemplando un mar de peces dignos del mejor Escher.

En la ciudad china de Quingpu, la idea de la naturalidad es otra. Scenic Architecture ha transformado una antigua fábrica en el restaurante de moda en Shanghai. El Qin Song Wai Garden tiene una fachada ligera como una jaula, recubierta con lamas de madera envejecidas que de cerca se sienten como un material vivo y de lejos se leen como una hermosa cortina de acero cortén.

A la izquierda, el restaurante Olivomare de  Londres, y abajo, la fachada de La Rinascente, en Milán. A la derecha, la estación de tranvía del estudio Subarquitectura, en Alicante.
A la izquierda, el restaurante Olivomare de Londres, y abajo, la fachada de La Rinascente, en Milán. A la derecha, la estación de tranvía del estudio Subarquitectura, en Alicante.
Una de las habitaciones del hotel Le Bellechasse, en París, decorado por Christian Lacroix.
Una de las habitaciones del hotel Le Bellechasse, en París, decorado por Christian Lacroix.

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