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Reportaje:FIN DE SEMANA

Un parque temático de 1914

Betanzos recupera el insólito recinto construido por un indiano

Puede que los parques temáticos sean invento reciente. Lo contrario se inventó hace tiempo. Por lo menos, en Galicia: allí se labró, a comienzos del siglo pasado, un parque enciclopédico, es decir, no orientado a un solo tema, sino a todos los saberes disponibles. O a muchos, eso sí, algo revueltos: se mezclaba allí a los mártires cristianos, el circo y los leones con la génesis del capital, a la figura de la patria o la república con la de santa Isabel de Hungría socorriendo a los pobres, al árbol de la Virgen con el árbol de Guernica, y a la sentencia de Cristo con el canal de Suez.

Todo empezó cuando un joven campesino de Betanzos (A Coruña), Juan García Naveira, emigró a los 20 años a Argentina en 1869. Allí se instruía por la noche y se hacía rico por el día. Con una gran fortuna amasada, regresaría a Betanzos en 1893, con 42 años, y allí se quedaría hasta su muerte, 40 años después. Su hermano Jesús, algo más joven, se le unió en Argentina y luego también regresaría, aunque murió veinte y pico años antes que él.

Al contrario de otros indianos, tan frecuentes en la España de aquellas calendas, los hermanos García Naveira, a su regreso, se ocuparon de algo más que de hacer ostentación de su fortuna. Se volcaron en obras filantrópicas para su pueblo. Hicieron construir un lavadero público, un asilo, un refugio para niñas subnormales, un sanatorio, una casa del pueblo, unas escuelas municipales (que son lo más parecido a la mezquita de Córdoba). Y Juan, personalmente, fue el creador de un gran parque recreativo al que llamaría El Pasatiempo. Comenzó las obras recién llegado de América, en 1893, y hacia 1914 estaba el parque configurado, si bien continuó toda su vida comprando terrenos y añadiendo cosas.

Algunas guías europeas de los años veinte se hacían eco de aquello, porque no era un parque cualquiera. Don Juan, que se había hecho a sí mismo casi de raíz, tenía una obsesión por la instrucción. Lo de 'parque enciclopédico' es un hallazgo de Luis Seoane, pero califica bien el didactismo de aquel autodidacto, su manía pedagógica. Algo que casa muy bien con otros ideales, como el fervor filantrópico -al margen del uso futuro, mantenía empleados a más de 200 obreros- y una cierta fe en el progreso: los últimos avances de la humanidad estaban presentes (con cierto caos mental, un buzo, un funicular o un aeroplano escoltan la entrada al Hades o la muralla china), y además se utilizaron técnicas novedosas, por ejemplo, era la primera vez que se empleaba en Galicia el cemento portland.

Dañado con el tiempo

El Pasatiempo llegó a ocupar unos 90.000 metros cuadrados, con dos partes claramente diferenciadas, por el propio relieve en cuesta. La parte de abajo era la más extensa, y ha sido también la más dañada con el tiempo. De cuanto allí había, sólo se ha conservado alguna fuente o estatua (como la de los dos hermanos, ahora en la plaza mayor de Betanzos); se han perdido fuentes como la de Neptuno o la Florentina, la avenida de los Emperadores Romanos (con sus efigies), la de los Álamos (con galería de literatos), el estanque de los Papas, el estanque japonés, el mirador chino, el laberinto, los bancos ilustrados, surtidores, puentes. Los leones de mármol que guardaban la entrada son los que ahora están en Covadonga. Lo de arriba ocupaba apenas la décima parte, pero era lo más 'instructivo'. Y divertido. Al salir de las grutas del Hades (copiadas del jardín sagrado de Bomarzo) se pueden comparar las horas del planeta, o los beneficios del arbitraje para la paz. Las fuentes que nutrían el magín de don Juan, responsable de los diseños, eran estampas conocidas de manuales escolares, postales, sus propios viajes (a París, Italia o Egipto) y sus muy personales reflexiones acerca de la vida.

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La guerra civil, que estallaría tan sólo tres años después de la muerte de García Naveira, fue devastadora para la obra de aquel liberal. El Pasatiempo fue campo de concentración. La propiedad se dispersó, unas monjitas llegaron a ocupar 'la huerta de don Juan'. Hasta que en 1986, el Ayuntamiento de Betanzos compró gran parte de los terrenos a los herederos. La restauración, según la revista especializada R&R (Restauración y Rehabilitación, agosto de 2000), se está haciendo bien. La parte baja, irrecuperable, ha sido transformada en parque convencional, campo de fútbol y auditorio al aire libre -sería deseable que una maqueta diese idea de cómo pudo ser aquello-. La parte alta vuelve a ser lo que fue, con las grutas de cemento y el elegante estanque del Retiro como núcleo; falta lo que fue en su día un zoológico, en la parte superior, donde se quiere hacer una suerte de invernadero-museo.

Este capricho del indiano filántropo se entiende mejor si se tiene presente el talante de su ciudad natal. Betanzos, de toda la vida, ha mostrado un carácter laico, liberal, progresista. Los gremios medievales alcanzaron mucha fuerza. En el siglo XVIII se levantaron edificios civiles como el Archivo de Galicia o un colegio de huérfanas; se canalizó la ría, se arreglaron carreteras y puentes, se crearon fábricas de curtidos. En el XIX se radicalizó la idea de progreso, para bien y para mal (para mal, porque con tal de abrir o ensanchar calles, se tiró parte de la muralla y edificios antiguos). Este fervor progresista, humanista y laico (pagano a veces, como en esa deliciosa romería fluvial de Os Caneiros, cada estío) puede explicar en buena medida el sueño de aquel hijo de labriegos que tuvo que emigrar a América y asistir a clases nocturnas para engordar, al mismo tiempo, su espíritu hambriento y su bolsillo.

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicos

- Población: Betanzos tiene algo más de 12.000 habitantes. Situación: Betanzos se encuentra a 24 kilómetros de A Coruña.

Dormir

- Hotel Los Ángeles (981 77 15 11). Costanilla de los Ángeles, 11. Betanzos. La habitación doble, 30,05 euros. - Hostal Barreiros (981 77 22 59). Rollo, 6. Betanzos. Habitación doble, unos 18 euros.

Comer

- Mesón Pulpeira (981 77 27 01). Valdondel, 3. Betanzos. Ambiente familiar y platos caseros contundentes. Unos 18 euros. - Paco (981 77 45 97). Avenida de J. García Naveira, 6. Bentanzos. 25 euros. - La Casilla (981 77 91 61). Avenida de Madrid, 90. Betanzos. Son célebres las tortillas betanceiras de esta casa. Alrededor de 18 euros.

La visita

- El Pasatiempo. El parque (981 77 36 98), en la carretera de circunvalación (avenida de Fraga Iribarne), está abierto de 16.00 a 20.30 horas. Entrada: gratuita. Existe la posibilidad de apuntarse a visitas guiadas que se organizan desde la Oficina de Turismo o el Museo das Mariñas (981 77 36 93).

Información

- Ayuntamiento de Betanzos (981 77 00 11). - www.betanzos.net. - www.dicoruna.es/municipios/ betanzos/ - www.galiciaonline.es/coruna/ betanzos.htm.

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