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Suena el 'beat' de Barcelona

En el Raval, el corazón de la ciudad, ha empezado a latir el festival de música electrónica

Justo en el corazón de la ciudad, en el Raval de Barcelona, ha empezado a latir el festival de música electrónica Sónar. Un sonido inconfundible que un día fue banda sonora de la capital catalana y que gracias a una nueva y seria apuesta de este certamen se resiste a dejar paso a otras tendencias. El festival de música avanzada ha comenzado con su jornada diurna y un cartel más arriesgado y serio que en ediciones anteriores. Este año se espera que unas 75.000 personas desfilen por los recintos del Raval y de la Fira. Igual que sucedió con el Primavera Sound, no parece que la crisis vaya a pasar factura al evento. De hecho, empieza a quedarse pequeño el escenario urbano.

La gente se pasea ya por el recinto interior del Macba y el CCCB. Un público de abundante procedencia internacional. Alrededor del 55% son españoles, el 40% europeos y el resto de otros lugares del mundo. El cartel de este año ha atraído a un público un tanto más familiarizado con la música y menos dado a la chancleta y la verbena. De momento, todo son caras relajadas y alegres y todavía no hay rastro del cansancio y el exceso que empieza a aparecer el viernes por la noche.

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El plato fuerte de las primeras horas de festival son las actuaciones de la inglesa Speech Debelle (acaba de terminar su interesante show en el patio central y ha conquistado al auditorio) y Caribou. Este empieza su actuación a las siete de la tarde. Un hombre al que la natación cambió la vida (su último y exitoso álbum se titula Swim) y que ha producido un trabajo que demuestra que la electrónica más elaborada no está reñida con la pista de baile. "Sí, fue mi mujer la que me apuntó a las clases de natación a las que tanto me he aficionado", explica justo antes de saltar al escenario.

Luego vendrán Broadcast y el japonés Riojy Ikeda, que iluminará la ciudad desde el teatro Grec con un potentísimo haz de luz que proyectará mientras suenan sus microfrecuencias. La luz no se apagará hasta que salga el sol. Promete ser la imagen del día en la ciudad.

Todo el barrio del Raval se ha teñido de Sónar. Las tiendas de discos de la zona (que facturan hasta un 75% más que en días normales) han empezado a hacer el agosto y en el escaparate sólo tienen los álbumes de artistas que tocan en el festival. Los bares y las terrazas de alrededor también están copadas por los individuos de piel rosada y poco dados a los excesos del sol. Desde alguno de esos locales se oye con meridiana claridad como late ya en el corazón de la ciudad el ritmo de Sónar.

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