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EUROLIGA | ROMA 69 - REAL MADRID 64

El Real Madrid resucita al Lottomatica

Los blancos están ahora dos victorias por debajo del Parathinaikos y una del Barcelona

El Real Madrid perdió la ocasión de afirmarse como potencia con aspiraciones en la Euroliga 2007-08 en la pista del PalaLottomatica romano, donde el equipo dirigido desde los despachos por el serbio Dejan Bodiroga pudo con el Panathinaikos griego, actual campeón de Europa, y ahora ha resucitado gracias a la inyección de fuerza conseguida ante los blancos.

Los madridistas pierden paso respecto al equipo ateniense, del que ahora le separan dos victorias, y también con el Barcelona, que le aventaja por una. El estadounidense Allan Ray pasó desapercibido casi toda la noche. Remató una tarjeta discreta -ocho puntos-, pero fue el hombre que inclinó la balanza para los italianos.

Anotó lo más difícil. El esloveno Erazem Lorbek y el argentino Roberto Gabini habían dado la cara dentro de la pintura desde el salto inicial -diecisiete puntos cada uno-. Eran la tortura de un Madrid que, en muchas fases, dio la sensación de no querer matar el choque. Manejó diez puntos de ventaja (9-19) en la primera parte y, después de permitir que el Lottomatica recuperase la consciencia, volvió a situarse por delante guiado por el excelente estado de forma del turco Kemal Tunceri (48-47), aunque sin completar el trabajo.

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El Lottomatica, que ha sido el único equipo capaz de tumbar esta temporada al actual campeón continental, el Panathinaikos, cumplió con su papel. Sin embargo, el Madrid contribuyó de forma involuntaria. No encontró puntos procedentes del estadounidense Louis Bullock hasta el tercer cuarto. Eso sí, contó con los de Tunceri, con cinco hombres en diez o más puntos y con las riendas del choque casi siempre, y perdió. Perdió por un pecado mortal para un bloque que aspira a algo grande en la Euroliga, algo que no le había ocurrido hasta ahora. Más bien, había sido lo opuesto. El Madrid está dando una versión europea de altura. Pero en eso no entra perdonar en una cancha que puede darte muchos ases para guardar en la manga, sobre todo, porque el Panathinaikos firmó la rendición en el mismo escenario.

Al Madrid, probablemente, le sobró confianza en si mismo. Anota mucho y con facilidad por dentro y por fuera, lo cual no significa que las cosas sean fáciles. A veces fía demasiado a la eficacia lanzadora y deja de trabajar facetas que, después del esfuerzo defensivo que siempre presta, no deberían ser un problema. Lo que ocurre es que un lanzamiento exterior suprime movimientos que, a veces, incomodan. Puede que al Madrid sólo le falte eso: un poco desequilibrio para terminar de redondear el equipo y el juego.

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