_
_
_
_
_
GOLF | RYDER CUP

La Ryder regresa a Estados Unidos

Los estadounidenses arrollan a Europa en los individuales y recuperan el cetro nueve años después

Estados Unidos logró siete triunfos en los doce individuales de la última jornada, además de un empate más, y se alzó con la XXXVII edición de la Ryder Cup de golf, recuperando así una hegemonía que en las tres últimas ediciones pertenecía a Europa. Y es que el eterno rival no tuvo su día en el Valhalla Golf de Louisville de Kentucky (Estados Unidos), Nick Faldo, capitán europeo, no tuvo suerte en la selección de sus jugadores, que tan sólo pudieron acumular dos puntos y medio en los ocho primeros recorridos del día, un lastre que sumado a los dos más de rémora que traía consigo de las jornadas iniciales, convirtieron la remontada en una utopía. Con esta victoria, los de Paul Azinger, capitán de Estados Unidos, se aprovecharon del favoritismo que concedieron a Europa, que no supo leer el papel de víctima de su rival, mucho más metido en competición durante los tres días, y se queda sin lograr una cuarta victoria que sería histórica, pues nunca han encadenado más de tres consecutivas.

Más información
El 'círculo de fuerza' de Faldo

Así, el español Sergio García fue el primero en salir al césped estadounidense para medirse al joven Anthony Kim en un encuentro a priori cómodo para recortar más las diferencias con respecto al 9-7 de partida. Pero, el castellonense no supo asumir sus galones de cabeza de cartel europeo y firmó una tarjeta muy gris, incluso marró un emboque con el putt a menos de un metro, desbordado por el jugador de origen coreano. Con la renta de nuevo en tres de ventaja (10-7), y tras el empate entre Hunter Mahan y Paul Cansey, los estadounidenses cobraron más confianza en sus impactos y la afición comenzó a ver cerca el retorno de la Ryder Cup a sus vitrinas. Pero, entonces, llegó el sobresalto para la afición local, cuando dos veteranos del circuito como Justin Leonard y Phil Mickelson no fueron capaces de asegurar su punto. Así, el inglés Justin Rose y el sueco Robert Karlsson lograban dos puntos que acercaban a Europa, concediéndole margen para soñar con un triunfo épico.

No fue más que la mejoría del moribundo, pues Kenny Perry tiró de experiencia para terminar con el sueco Henrik Stenson y devolver la calma a los de Azinger, que se vio rozando el triunfo con la punta de los dedos casi acto seguido con el triunfo posterior de dos debutantes como Boo Weekley y JB Holmes. Y es que, precisamente, en la savia nueva estuvo el mérito del triunfo de Estados Unidos, lo que otorga más credenciales al capitán de los locales, que no dudó en aprovechar sus selecciones para reclutar a jóvenes golfistas con ansias de triunfo ante la ausencia de Tiger Woods. No en vano, ante la ausencia del Tigre, número uno del mundo y posiblemente el mejor jugador de la historia, aún convaleciente de la operación en la rodilla a la que fue sometido tras conquistar el US Open, fueron los Kim, Weekley o Holmes, los encargados de asumir responsabilidades. La decepción fue para Mickelson, número dos del mundo, que no recogió el testigo y cerró con el traspié de hoy una participación para olvidar con derrota también ayer en los fourballs.

Especialmente decisivo, resultó el triunfo de JB Holmes que, frente al danés Hansen, cuya agresividad en el putt hizo que la bola se saliera de dentro, dejó a Estados Unidos a un sólo punto del triunfo con todavía cinco individuales por decidirse. Sin embargo, Jim Furyk no perdonó en el primero de ellos con el malagueño Miguel ?ngel Jiménez como víctima. El estadounidense acertó con el hierro en el hoyo 18 y las 40.000 gargantas que se agolparon en el tapete de Louisville celebraron el triunfo de Estados Unidos, que se lleva una copa que había cruzado el charco en los desafíos anteriores rumbo al Viejo Continente.

Consulta el Especial de la Ryder Cup

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_