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Reportaje:Los Ángeles Lakers - Celtics de Boston

¿Quién detiene a los Celtics?

Los actuales campeones aterrizan en casa de los Lakers para medir fuerzas y proseguir con su racha triunfal en la Liga regular

Hay una pregunta que resuena cada vez con más fuerza en todos los vestuarios de la NBA: ¿Conseguirá alguien frenar a los Celtics antes de que batan todos los récords?

Jugando en el presente pero pensando en el futuro, la franquicia de Boston demuestra partido a partido por qué son los actuales campeones. Renacidos de la crisis de resultados de las últimas dos décadas y espoleados por el nuevo Big Three de Garnett, Pierce y Allen, los hombres de 'Doc' Rivers viven una especie de éxtasis deportivo desde que cosecharon su decimoséptimo anillo la temporada pasada, y no hay (por ahora) una marca que se le resista. Sus 19 victorias consecutivas en la fase regular suponen la mejor racha de la historia de los verdes; también el mejor arranque liguero de la historia del baloncesto norteamericano. Dentro de unas horas, en el Staples Center de Los Ángeles Lakers, pueden romper otro récord.

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"¡Beat L.A! ¡Beat L.A!". La grada bostoniana pidió a gritos en la madrugada del martes humillar de nuevo al cuadro angelino cuando aún no había sonado el pitido final del partido ante los 76ers (91-110) en el Wachovia Center. Está insaciable, y no es para menos. Hasta el año pasado vivían del recuerdo dorado de los primeros tres grandes, Larry Bird , Kevin McHale y Robert Parish . Ahora, las tres leyendas verdiblancas comenzarán a descansar. Ahora hay trabajo, sacrificio, espectáculo y éxito. La afición de Massachussets ha encontrado en el nuevo Big Three a sus sucesores, aunque el técnico insista en no realizar comparaciones.

Derrotados (90-85) el pasado 28 de octubre los Cavaliers de LeBron, sus principales rivales en la conferencia Este, y relativamente alejados de la aspiración los Hornets de Nueva Orleáns en la Oeste, los Lakers de Gasol, Bynum y Bryant parecen ser los únicos capaces de detener la euforia de los campeones. Esta noche defenderán algo más que puntos. En juego, el honor dañado en la pasada final, las 20 victorias encadenadas en la temporada 1989-1990. Por el contrario, si el triunfo cae del lado visitante, además de deshonrar a los de Phil Jackson en su feudo, Boston lanzará un aviso de cara a la eliminatoria de primavera y comenzará a mirar con codicia las 33 victorias consecutivas logradas en 1971-1972, también por los Lakers.

Con todo el morbo que implica un encuentro como éste, el de hoy será un duelo de tanteo, una toma de contacto para citarse de nuevo en el futuro, para medir la eficacia de los dos tridentes y despejar las dudas que suscitó el 4-2 de los playoff del año pasado. La ausencia de Andrew Bynum por lesión y los titubeos defensivos de Pau Gasol, casi recién llegado al club californiano, dejaron la responsabilidad y el protagonismo en manos de un Kobe Bryant que tuvo que resignarse al acierto de Paul Pierce y compañía. Ahora, con el ataque de Los Ángeles recuperado, se comprobará si la juventud de los Lakers (la media de edad del trío angelino es de 26 años) es una ventaja o la edad de Boston (el promedio de los tres es de 29) un grado de experiencia y madurez suficiente para decantar la balanza.

Eficacia, magia y equidad

Las esperanzas son grandes, casi tanto como las ganas de revancha, aunque Gasol no se decida a dar un resultado a largo plazo. El máximo reboteador (9,1 por partido) y segundo máximo anotador de su equipo (17,5 puntos por partido) no olvida la decepción, pero no quiere que los Celtics encuentren el hueco en la defensa. La zona sigue siendo el punto débil de los de Phil Jackson. La costumbre de bajar los brazos en los dos últimos cuartos de partido han provocado más de un disgusto en los minutos finales. Incluso la derrota. Ceder hoy ante el ataque de Pierce, Garnett y Allen será como dar la bienvenida a la humillación.

Incluso en este aspecto, el partido estará igualado. El promedio de anotación de los Celtics en el último cuarto es de 25,75 puntos, una marca casi similar a la de los Lakers, que reciben una media de 25,57 en los minutos finales. Si se analiza el ataque por parte de los locales, la diferencia favorece, sin embargo, a Los Ángeles. Su acierto en el último periodo es de 26,64 puntos, superior a los 24,27 que suele encajar Boston antes del pitido final.

Las opciones están repartidas por igual, sin contar la magia de Kobe, la efectividad de un Big Three enchufado y las aportaciones decisivas de Vujacic, Odom, Fisher o Ariza por parte local y de Tony Allen, Rajon Rondo y Kendrick Perkins, Baby Shaq, en el lado de los visitantes. Aunque todavía es precipitado equiparar a los actuales Celtics con los de Larry Bird, partido a partido Boston ha hecho olvidar el ocaso deportivo de los últimos 20 años entrando de nuevo en la historia con un baloncesto que nadie ha conseguido aplacar. ¿Podrán hoy los Lakers detener a sus verdugos?

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