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Camino a Suráfrica 2010

Portugal estará entre los grandes

El equipo luso no sufre en la eliminatoria ante Bosnia - Eslovenia derrumba el imperio de los 'petrodólares' de Rusia - Grecia funde la poca pegada de Ucrania

Se le presumía a Portugal un duelo rocoso en su visita a Zenica, al pequeño e infernal estadio bosnio de Bilino Polje. Pero como los equipos grandes, sin titubear en los momentos comprometidos, completó un partido tan sobrio como efectivo. El tanto de Meirelles (0-1), demoledor con sus llegadas desde la segunda línea, certificó el pase para Suráfrica. Bosnia se queda sin el caramelo, sin clasificarse por primera vez en su historia en un Mundial.

Condicionado como estaba por el resultado de la ida (1-0 a favor de Portugal), Bosnia no podía tirar las líneas hacia delante porque un tanto luso le condenaba a meter tres dianas, tarea ardua ante la excelente y contrastada defensa portuguesa. Bien lo sabía el equipo de Queiroz, que se empleó a fondo en la fase defensiva pero que no envió a todos sus efectivos en los contragolpes. Sí que jugó por las bandas pero el extremo del ala opuesta guardaba el puesto, reacio a dejar agujeros en defensa. Por si las moscas. Una rémora para Portugal, que carece de un delantero centro resolutivo. Algo, en cualquier caso, habitual para el equipo, que ha pasado de Pauleta a Liedson pasando por Nuno Gomes, tres buenos arietes que no rozan la excelencia. Pero estaba Meirelles, que recogió un pase de Nani en el borde del área y, libre de marcaje, remata cruzado a gol. Hachazo para Bosnia; billete para Portugal.

Bosnia 0 - Portugal 1

Bosnia: Hasagic, Nadarevic, Jahic, Pandza, Bajramovic (Berberovi, m.83), Pjanic, Ibricic, Salihovic e Medunjanin (Muslimovic, m.46); Dzeko e Ibisevic.

Portugal: Eduardo; Paulo Ferreira, Ricardo Carvalho, Bruno Alves e Duda; Pepe, Raul Meireles e Tiago; Nani (Edinho, m.72), Liedson e Simão (Deco, m.80).

Goles: 0-1, Min.56: Raul Meireles

Árbitro: Roberto Rosetti (Italia) amonestó a Jahic (m.26), Simao (m.27), Nadarevic (m.37), a Dzeko (m.58) y expulsó Salihovic.

Incidencias: Partido de vuelta de la repesca para el Mundial de Sudáfrica disputado en el estadio bosnio Bilino Polje, en Zenica (a 70 kilómetros de Sarajevo), con capacidad para 15.000 espectadores.

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Eslovenia-Rusia

En Maribor se desató una algarabía tremenda por la segunda clasificación en la historia de Eslovenia al Mundial. Dedic puso el pie derecho y no falló. Un gol que tumbó a los petrodólares de Rusia (0-1), estrepitoso fracaso para el equipo de los zares, con grandes nombres, nóminas y esperanzas. Eslovenia, que las pasó canutas en Moscú (2-1), mermó el ánimo ruso, consciente de que un error le condenaba cuatro años. Así ocurrió.

Con las líneas apretujadas, un pelo adelantadas y sin prisas por construir, Eslovenia no tiritó y cercó a Rusia, más temblorosa y poco presente en el área rival. Le costaba, sin embargo, definir, poner el punto y final a las jugadas. Hasta que un centro de Birsa, a pierna cambiada y desde la banda derecha, se envenenó por la rosca hacia dentro. Entre la abigarrada defensa rusa apareció de la nada Dedic, que puso el pie ante la incredulidad rival y la vista de Akinfeev, estatua de hielo. El equipo de Guus Hiddink, estratega sensacional desde el banquillo, cayó cuando lo tenía todo para ganar.

Ucrania-Grecia

Las manoplas de Tzorvas lo pararon todo y fundieron el ímpetu de Ucrania, de defensa aseada, media tan musculosa como ingeniosa y delantera desbravada. Grecia, vencedora por 0-1, se clasificó para el Mundial, logro que no alcanzaba desde Estados Unidos 1994. Mientras los helenos mantearon al técnico Otto Rehhagel a pie de campo, a escasos metros lloraba desconsolado Shevchenko, referente mundial en la última década y despedido de su última oportunidad para participar en el torneo.

Ucrania, favorecida por el influyente frío, se plantó en el farragoso estadio de Donbass (Donetsk) con la idea clara de arrinconar a Grecia. La historia le debía una; siempre había igualado los partidos de repesca como local (frente a Croacia en las clasificatorias para Francia 1998 y ante Alemania para Corea y Japón 2002) y cosechó en Atenas un empate (0-0) esperanzador. Anoche, sin embargo, no fue capaz de batir la portería griega. Arrinconado en la banda, Samaras retrasó un par de pasos su posición, atendió a la carrera de Salpingidis y le lanzó un pase perfecto que le dejó delante del guardameta ucranio. Salpingidis cruzó el balón. Gol. Ni poner a siete hombres por delante de la pelota, ya a la desesperada, pudo vulnerar el marco de Tzorvas, auténtico salvador griego, sustituto de categoría del longevo Nikopolidis, que en junio de 2008, cuando cayó frente a España (2-1), dejó la selección.

Pepe y Brumo Alves celebran la clasificación para el Mundial.
Pepe y Brumo Alves celebran la clasificación para el Mundial.FP

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