"Estoy feliz porque vi el espíritu inglés"
Capello resta trascendencia al fallo del meta mientras recalca que su equipo fue superior
Fabio Capello, el seleccionador de Inglaterra que entiende el inglés con dificultad y lo habla con valentía, se declaró contento anoche con la actuación de su equipo tras el inesperado empate con Estados Unidos. Sólo hay dos interpretaciones posibles: o Capello no se lo creía de verdad pero necesitaba mandar un mensaje alentador a sus jugadores o no solo usa la boca y los oídos de manera diferente al profundamente decepcionado público inglés, sino que sus ojos funcionan de manera diferente también. "Pienso que jugamos un buen partido", declaró Capello. "El equipo hizo todo lo que pudo para ir al ataque y creamos muchas oportunidades de gol", agregó el técnico, que unos minutos más tarde no negó, por otro lado, que la gran estrella de su equipo apenas vio la portería rival. Capello reconoció, sin embargo, que no estaba feliz con el resultado. "No fue bueno porque jugamos mejor que Estados Unidos", dijo.
En cuanto al espantoso error de su portero, Robert Green, que dio el gol del empate a su rival, Capello defendió su decisión de ponerlo en la selección. "Cometió un error, pero en el segundo tiempo hizo una parada de gol. Ese es el problema de ser portero. Tenemos que aceptar los errores de los porteros, de los árbitros, de los delanteros. Esto es el fútbol".
Todavía no estaba muy claro porque Capello se seguía sintiendo feliz, hasta que un reportero le pidió que lo aclarara. "Estoy feliz", repitió, tras una breve explicación que le hizo un asistente de la pregunta, "porque he visto el espíritu de Inglaterra, el espíritu de un equipo que luchó siempre para recuperar el balón... Corrimos mucho".
Con lo cual Capello pareció haber reconocido que la selección de Estados Unidos tuvo más posesión del balón que Inglaterra, cosa que, como se sabe, no le preocupa demasiado al italiano, cuyo primer y último objetivo siempre ha sido, a base de la lucha y la disciplina y de correr mucho, sacar un buen resultado. Solo que esta vez el que lo sacó no fue él, sino el entrenador de Estados Unidos, Bob Bradley, que compareció ante la prensa extraordinariamente tranquilo, sin señales del triunfalismo de sus jugadores, que celebraron el empate, comprensiblemente, como si hubiese sido una victoria. "Fue un partido grande en una gran noche", dijo, seco y al grano, Bradley. "Nuestro centro del campo hizo un buen trabajo en un partido rápido y duro. Estoy contento por cómo nuestros centrocampistas pudieron competir con Inglaterra".
Jozy Altidore, delantero de Estados Unidos, se mostró más feliz. Reconoció que su equipo tuvo suerte dado lo flojo que fue el disparo que acabó en gol y contrastó la triste actuación de Green con la de su portero, Tim Howard, que juega en el Everton inglés y fue elegido oficialmente ?con una ironía que el pobre Green no apreciará? el mejor jugador del partido. "Howard estuvo impresionante", dijo Altidore. "Si sigue jugando así llegaremos a la final".
Steven Gerrard misericordiosamente culpó al balón del fallo de Green y David James, otro de los dos porteros del equipo, no se cortó al declarar que estaba a disposición del técnico si lo necesitaba, ajeno al debate sobre la abismal carencia de buenos porteros ingleses en este momento. Los de los grandes clubes de la Premier, como Manchester United, Chelsea, Liverpool, Arsenal, Tottenham y Everton, son extranjeros. Todos. Desde hace años.
