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TENIS | WIMBLEDON

La maldición de María José Martínez

Tras conquistar Roma, la murciana se ha lesionado en los dos últimos grandes

Fue una semana de furia y riesgo. María José Martínez superó por los pelos la primera ronda de Roma y luego empezó a jugar con duende: restaba saques con dejadas; voleaba con elegancia; y los italianos, sin duda exagerando, le gritaban "Navratilova". La murciana, una tenista creativa y audaz, venció el título , renovó un palmarés que no sumaba en España desde los tiempos de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, y cautivó los ojos de los especialistas y los ex entrenadores, que acunaron el sueño de que una jugadora de ataque llegara a hacer algo grande. No fue en Roland Garros, donde sufrió un pinzamiento vertebral, ni será en Wimbledon, que arranca mañana: Martínez se retiró del cuadro, lesionada, el viernes. Dos grandes después de su hazaña, a la española ya solo le queda el Abierto de Estados Unidos.

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María José Martínez conquista Roma

Tras una carrera llena de altibajos, de vuelta tras una larga retirada, Pepa llegó a Roland Garros como una amenaza: estaba entre las veinte mejores en el ránking individual y formaba con Nuria Llagostera la segunda mejor pareja del mundo en dobles. Cerró su primer encuentro en París vistiendo un collarín. Había sacado de cuchara, de abajo a arriba, incapaz de articular el movimiento, sufriente siempre. El dolor la dejó eliminada en primera ronda y pensando en la temporada de hierba.

Su estilo de juego avivó el interés del vestuario por sus posibilidades en Wimbledon. Sobre la verde hierba resbalaba con malicia su poderoso saque. Sobre el tapete corrían como inalcanzables liebres sus voleas. Y sobre el resbaladizo piso la murciana sufre el último percance: un tropezón la deja despatarrada, con una rodilla y su ligamento afectados. Estará un mes y medio de baja. Otro sueño roto.

No es el único. Descubierto para el gran público por su victoria en Roma sobre Roger Federer, Ernest Gulbis, con Nicolás Almagro el único tenista que le ha ganado un set este año a Rafael Nadal sobre tierra, llega a Wimbledon con aires melancólicos. El letón vive en cuclillas en Londres, como probando constantemente la lesión muscular que le llevó al abandono en Roland Garros. No debía estar curada. Hoy ha anunciado que se marcha, lo que aligera un poco el camino de Nadal, lleno de trampas. No está solo el letón en su particular drama: no vinieron siquiera a Londres Juan Martín del Potro o Radek Stepanek; no llegaron tampoco Ivo Karlovic o Juan Mónaco, entre otros. Antes de que todo empezara, además, ya era baja otra española: a Carla Suárez le martiriza un tobillo.

María José Martínez celebra su victoria en Roma.
María José Martínez celebra su victoria en Roma.REUTERS

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