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La franquicia andaluza del Udinese

El Granada, de nuevo en Segunda tras 22 años, aspira a ascender con los 12 jugadores que le cede el equipo italiano

Las señas de identidad del Granada no son las que le convirtieron en el terror de la Primera División en los años setenta, cuando la defensa que formaban De la Cruz, Aguirre Suárez, Falito y Jaén Fernández no hacía amigos y dictaba su ley. Aunque el conjunto nazarí lleva 35 años sin codearse con la élite del fútbol español -incluidos 18, en el barro de la Segunda B alternados con otros cuatro en Tercera, resultado de varios descensos por impagos-, el equipo que entrena Fabriciano González, más conocido como Fabri, mira el futuro con optimismo. Gracias, sobre todo, al Udinese, que en la Serie A es cuarto a seis puntos del líder, el Milan.

Séptimo en la tabla con 47 puntos, 14 menos que el líder, el Rayo, el Granada se ha instalado en los puestos de promoción por el ascenso casi sin haber asimilado su regreso a Segunda. El secreto pasa por su fútbol preciosista, por los jóvenes talentos con tanta hambre como picardía, y por el vínculo con el Udinese. En apenas dos temporadas, el Granada se ha convertido en la franquicia del club italiano en el mercado español. Resulta que 12 de los 23 jugadores -el francés Nyom, el nigeriano Ighalo, el ghanés Mensah, el chileno Orellana, el brasileño Siqueira, el colombiano Muriel y los españoles Mainz, Dani Benítez, Geijo, Carlos Calvo, Rubén y Óscar Pérez- están vinculados al equipo italiano. Una relación que no sería posible sin el trato que desde hace años tienen Gino Pozzo, dueño de ambos clubes, y Enrique Pina, el socio al que nombró presidente del conjunto español.

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"Elegimos Granada porque es una ciudad con un gran potencial futbolístico", dijo Pozzo cuando se hizo cargo del club hace dos años. "Nuestros amigos de Udine tienen a 58 jugadores en propiedad, así que tiene que darles salida de algún modo. Invierten en futbolistas para luego venderlos. Ahí entramos nosotros. Y no nos engañemos, de lo contrario no tendríamos los jugadores cedidos que tenemos como Siqueira, Geijo...", explica Juan Carlos Cordero, el director deportivo. "Al principio el Granada era un equipo con muchos futbolistas nuevos, pero sabía que iríamos a más. Llegamos al tramo decisivo de la temporada en un gran momento", asiente Geijo, pichichi de la categoría con 20 goles, como Jonathan Soriano (Barcelona B). "Pese a tantas altas el equipo está muy compensado, yo jugué el Mundial de Sudáfrica con Ghana y no tengo el puesto de titular asegurado", interviene Mensah.

La bonanza deportiva no quita que Quique Pina se plantee dejar el club a final de temporada. Las diferencias con el Ayuntamiento, del que se espera que haga un desembolso para aumentar el aforo del estadio de Los Cármenes y mejorar la explotación de sus comercios, podrían precipitar la salida del empresario, que empezó a establecer su red de contactos con el Udinese durante su etapa al frente del Ciudad de Murcia. "Entonces nos cedieron a Goitom, ahora en el Almería", pone de ejemplo Cordero. "Queremos lo que se nos prometió, ampliar la grada en 6.000 espectadores y la explotación de los locales del campo. Pero ni una cosa ni la otra... Así no se puede soportar un club profesional. Esta entidad tiene que contar con todos los apoyos necesarios para llegar al máximo del fútbol nacional", expone Pina. A la espera de que alcancen o no un acuerdo en los despachos, el Granada aspira a actualizar un palmarés por debajo del peso de la casa. La final de Copa de 1959 sigue siendo el mayor logro del club. Pero con el Udinese detrás, todo es posible.

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Geijo, delantero del Granada, celebra un gol de esta temporadaPACO AYALA

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