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Un respiro entre juego y juego

En los accesos a las pistas de la Caja Mágica se puede comer, escuchar un concierto, ver un desfile de modelos o jugar con raquetas de tenis

La Caja Mágica se divide estos días entre el espectáculo del torneo de tenis de Madrid y la parafernalia que le rodea. Los accesos a las pistas están llenos de expositores donde los espectadores pueden comerse un perrito caliente, probar su pericia con la raqueta, contemplar un desfile de modelos e incluso asistir a un concierto. Esta zona del recinto, a mitad de camino entre la feria y el centro comercial, se abarrota por las mañanas, antes de los partidos más atractivos, y después de los encuentros.

Las atracciones alrededor de las pistas se cuentan por decenas, aunque una es especialmente popular. En ella, los espectadores pueden emular a sus ídolos probando la potencia de su saque. La mecánica es sencilla: una raqueta, una bola, una lona hacia la que lanzar y un detector de velocidad. Pocos logran superar los 120 kilómetros por hora, una cifra que queda muy lejos de la que consiguió el tenista croata Karlovic el pasado mes de marzo, cuando logró el récord de servicio más veloz al lanzar una bola a 251 por hora.

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Además de la potencia del disparo, los espectadores también pueden probar su habilidad e intentar lanzar bolas con un raqueta o con la mano dentro de pequeños agujeros. Los premios, en todos los casos, son simbólicos: una bolsa de publicidad, una pelota de tenis o un peluche son algunos de los trofeos. También los amantes de las nuevas tecnologías tienen con qué entretenerse antes de los partidos, puesto que desde el día 29 de abril y hasta el ocho de mayo se ha organizado un torneo de un videojuego de tenis.

Pero no todo alrededor de las pistas tiene que ver con el deporte. Hay expositores en los que se muestran botellas de tónica rodeadas de cristal, como si de un perfume de lujo se tratara, botellas de ron, embutido ibérico y hasta vino. También hay tiendas de ropa, de zapatos, de raquetas y un pequeño casino. Son, sin embargo, los puestos en los que se regalan productos los que más éxito tienen. No importa que el obsequio sea un muñeco de peluche rojo o un bote de champú; las filas de gente están aseguradas.

Para rematar, los espectadores se pueden entretener con los dos conciertos diarios que se celebran en los accesos a la Caja Mágica - Nena Daconte y Pignoise son algunos de los grupos que han actuado-, y ver pases de modelos de ropa deportiva amenizados con los sonidos de un saxofón y de un violín. Entre comida, bebida y juego, también hay espacio para el tenis de verdad. Pantallas repartidas a lo largo de los accesos informan de cuál es el resultado de los partidos, que son, a pesar de todo, el mayor espectáculo que se puede contemplar en la Caja Mágica.

La Caja Mágica
La Caja MágicaJUAN CARLOS HIDALGO (EFE)

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