_
_
_
_
_

Los guantes rotos de Javi Jiménez

El portero del Valladolid, que había relegado a la suplencia a Justo Villar y a Jacobo, falla en los goles del Elche que suponen la eliminación de los pucelanos

Creció soñando con parecerse a Paco Buyo, pero fue Abel Resino, otro portero de la década de los ochenta y noventa, quien le dio la oportunidad de debutar en el fútbol profesional. El guardameta del Valladolid Javi Jiménez (Logroño; 1987) vivió en la vuelta de los playoffs frente al Elche una de las noches más complicadas de su vida futbolística. El canterano blanquivioleta falló en el primer gol de los ilicitanos, no se movió en el segundo y un malentendido con el defensa Jordi propició el tercero, que dejaba a los Pucelanos fuera de la lucha por el ascenso. Una mala forma de cerrar su primera temporada en el primer equipo, que hasta la noche de Elche había sido de lo más correcta. En las últimas semanas, de hecho, había despertado el interés de algunos clubes de Primera, de Segunda y de la Liga inglesa, atraídos por su contrato, que termina el 30 de junio, y por sus buenas actuaciones.

Más información
Espíritu de superviente

Javi Jiménez ha disputado 18 partidos esta temporada. Todo un logro, teniendo en cuenta que al principio del curso partía únicamente como portero titular del filial y como tercer cancerbero del primer equipo. Por delante tenía a Jacobo, un futbolista con experiencia en Primera, y a Justo Villar, mundialista y capitán de la selección paraguaya. Una lesión simultánea de ambos, sin embargo, obligó a Abel Resino -hizo debutar también a De Gea en el Atlético- a recurrir a la cantera. Javi Jiménez se estrenó a principios de febrero en un partido frente al Villarreal B. "Le he preguntado si era valiente. Me ha contestado que era el más valiente del mundo. Eso mismo me dijo De Gea", aseguró en aquellos días Abel.

Algo bueno debió de ver en él el entrenador toledano, porque unos partidos después, el meta riojano regresó a la titularidad y esta vez tanto Jacobo como Villar estaban en perfectas condiciones. Fue en un partido contra la Ponferradina en el que salvó varias ocasiones claras de gol. A partir de ahí, se asentó en la portería, coincidiendo con la recuperación del equipo, que había completado una irregular primera parte del campeonato. En Valladolid se llegó a hablar de que 'los Javis' - por él y por Guerra, el goleador del equipo- estaban siendo la clave del buen momento del conjunto. Todo parecía un sueño para el guardameta, ese muchacho que siempre soñó con llevar guantes, que comenzó en el fútbol en las categorías inferiores del Alavés y que llegó a Pucela en 2008 para formar parte del filial. Todo marchaba rodado para él pese a que antes lo había pasado realmente mal: estando en Escocia en la pretemporada con el primer equipo, le comunicaron la muerte de su padre.

Solo faltaba el ascenso para redondear un año de lujo. Pero todo cambió en el minuto 43 del partido frente al Elche. Hasta ese momento, el meta riojano se había mostrado seguro, pero entonces Edu Albácar lanzó una falta y el balón se le escapó de las manos al portero. Un gol ridículo; el principio del fin. A los dos minutos, el futbolista del conjunto ilicitano volvió a tirar. Esta vez, Javi Jiménez no se movió. La estatua y el balón a la red. Y, para remate, en la segunda parte, un centro al área que parecía inofensivo acabó dentro de la portería del Valladolid porque el central Jordi no se entendió con el guardameta. Una oscura actuación en el momento reservado para brillar. Una gran decepción para cerrar su año.

El mal día de Javi Jiménez. <strong><a href="http://www.elpais.com/buscar/liga-adelante/videos">Vídeos de la Liga Adelante</a></strong>

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_