_
_
_
_
_

Terol corre solo

El de Alcoy domina la carrera de principio a fin en su escalada hacia el título.- Faubel se cae en la última vuelta, y Zarco y Viñales completan el podio

Dicen que la soledad buscada es uno de los mayores placeres. En Alcañiz, en un día ventoso, fresco como no lo había sido ninguno durante este fin de semana de carreras, Nico Terol disfrutó de una deliciosa soledad -al menos para él-; desde la que gozó de una prueba que dominó de principio a fin, sin rivales, sin mayor oposición que las fuertes rachas de viento, a un ritmo inalcanzable para el resto. Lo hizo tras una salida fantástica en la que le ganó en apenas unos segundos la primera posición a su compañero de equipo Héctor Faubel, que salía desde la pole y que terminó siendo el protagonista desgraciado de la mañana del domingo, pues en su intento por echar un cable a su vecino de taller en el equipo de Jorge Martínez Aspar, se le escapó el podio en el último suspiro: en la última curva, cuando intentaba un interior al polémico Johann Zarco, perdió el control de su moto y rodó por los suelos. Aquello benefició al joven Maverick Viñales, que aspiraba a la victoria y se quedó con las ganas al comprobar cómo sus neumáticos quedaban destrozados apenas después de ocho vueltas. Sin embargo, pudo finalmente subir al podio, otra vez. Y ya van siete, a sus 16 años, y en su debut.

Más información
Stoner lleva de cabeza a Lorenzo

La de este GP de Aragón es la octava victoria de Terol, un sufridor, un currante, un luchador que empieza a darse cuenta de que el subcampeonato que se llevó hace un año, cuando estuvo peleando hasta la última carrera, en Valencia, por el título, lo convierte poco menos que en un héroe. Solo los héroes ponen en jaque a tipos como Marc Márquez, campeón de 125cc en 2010. Aquella batalla fortaleció al alcoyano, que ha mejorado sus registros en cada prueba, en cada circuito que ha pisado este año. Y que ya no deja ni las migajas a sus rivales. Con el de este domingo, suma tres triunfos consecutivos, como los tres de principio de curso, y se carga de moral para las cuatro últimas carreras del año. Sabe que Johann Zarco, su inmediato perseguidor en la pista y en la clasificación, aunque está cada vez un poquito más lejos, no desiste. No lo hizo tampoco en el circuito de Motorland.

El francés no tuvo ocurrencias extrañas, más allá de una de esas miradas hacia atrás, tan suyas, nadie sabe si pensadas para intimidar o para controlar a qué distancia está el rival. Mientras Terol rodaba en solitario, siempre a una marcha más que los otros pilotos en cabeza, sin cometer ni un solo error, concentrado como está en llevarse, esta vez sí, el Mundial, Zarco se peleaba con Faubel. O Faubel con Zarco. Las consignas en el equipo Aspar eran claras: el valenciano estaba en su derecho de buscar la victoria, pero no debía restarle puntos a su colega alicantino, y, en la medida de lo posible, debía alejar al francés del líder. Así lo intentó. Pero, por vez primera, Zarco se salió con la suya. Adelantó a Viñales sin demasiados problemas cuando este empezó a perder fuelle, con los neumáticos destrozados, aunque había sido él quien mejor se movió en los primeros compases de la prueba, apuntándose la vuelta rápida y acercando a Zarco a la cabeza. Y, claro, el chico no desaprovechó la oportunidad. Se enzarzó en un tuya mía con Faubel, que parecía tenerle tomada la medida, pero que cometió un error en el último momento, en el menos oportuno. Su fallo, en la última curva, dio al traste con sus dos misiones del día: subir al podio y despejar el camino hacia el título a Terol. Claro que el alcoyano no falló. Y sigue su escalada hacia el título.

Nico Terol durante la carrera
Nico Terol durante la carreraMIRCO LAZZARI

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_