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Portillo hace las paces con el gol

Con dos dianas en las últimas cuatro jornadas, el punta de Las Palmas acumula una más que en todo el curso pasado con el Hércules

"No conozco a ningún delantero que pueda marcar desde fuera del campo", explica Javier Portillo (Aranjuez, Madrid; 1982) a la hora de hablar de su recién reencontrada relación con el gol. Con su tanto ante el Alcorcón, el delantero de la U.D. Las Palmas suma dos en los últimos cuatro partidos, uno más que en toda la pasada temporada. ¿Qué ha cambiado? "Lo que cambia es que cuando juego vuelvo a marcar", sostiene Portillo -cuyo mejor marca realizadora en Liga son 11, conseguidos con el Nàstic en la campaña 2006/2007, y tras la que no ha vuelto a pasar de los cinco-, plenamente convencido de que su sequía de cara a puerta se debía a la falta de minutos. El año pasado contó con 1.145 de ellos en el Hércules, repartidos a lo largo de 26 encuentros, pero nunca se consideró importante. "Tenía por delante a Trezeguet [12 tantos], que parece que tenía que jugar siempre. Sí o sí". Algo similar a lo que le ocurrió en su llegada a la élite en el Real Madrid, tras haber sido el máximo goleador histórico de las categorías inferiores. "Ojalá hubiéramos tenido los canteranos de mi generación más oportunidades, porque el Madrid tiene y siempre ha tenido una de las mejores canteras del mundo. Pero el mejor ejemplo de aprovechar la cantera es el del Barça", resume con cierta amargura.

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Sin embargo, los últimos encuentros del equipo insular, en los que ha gozado de minutos y de tino de cara a puerta, pueden suponer un punto de inflexión en su trayectoria, como reconoce el técnico del equipo, Juan Manuel Rodríguez: "A la hora de su fichaje vi a una persona con ganas de hacer las cosas bien, de volver a ser el que fue. Un jugador que hace tiempo que no ríe, pero que tenía el hambre y las ganas que buscas en alguien al que vas a contratar. Y eso lo noté en las conversaciones que tuve con él". "Siempre he reconocido que fue fundamental en mi llegada. Me exige mucho, pero porque sabe lo que puedo dar", apunta el ariete, al que le ha costado ir ganándose el puesto. "Llegué fuera de forma. Lo peor para un futbolista es no hacer pretemporada", admite. "Le ha costado muchísimo ponerse es un estado mínimamente óptimo y aún no está al 100%. Además, el año anterior estuvo casi parado, sin jugar, y ambas cosas le hacían partir desde menos de cero". De nuevo, Portillo volvía a pasarlo mal en el banquillo, e incluso su representante -al que el futbolista considera "un padre"- llegó a exigir públicamente más minutos para él. "Él solo dijo lo que sentía", le defiende el jugador.

"Portillo estuvo muy incómodo, muy impaciente, demasiado nervioso. Todos los jugadores son egoístas y quieren jugar, pero eso el entrenador ha de saberlo ver, porque es perjudicial para él", asegura el técnico, que relata cómo trató de lidiar con la situación: "Ha habido varias conversaciones con él sobre el tema. Algunas las ha entendido negativamente y otras las ha interiorizado bien. No tengo dudas de que su estado anímico le afectó. Hay que probar las dos vías: a veces mimarles y a veces acelerarle. Hay ocasiones en las que lo que un jugador quiere no es lo que necesita y el no dárselo funciona. Debe entender que aunque tenga compañeros con menos nombre que él pueden estar en mejor estado para jugar".

La reactivación llevada a cabo por Juan Manuel Rodríguez parece haber funcionado y el fruto de su trabajo y el de Portillo no se ha limitado a los goles: "Para los delanteros es lo más importante. Cuando no marcan están como aturdidos. Pero si hacen un buen trabajo sin balón, si realizan movimientos que generan espacios, haces paredes, bajas al centro del campo y te conviertes en un centrocampista más para dificultar la marca del rival... Eso es igual de importante, y se van reconfortados de otra manera. Es un aprendizaje que algunos no tienen y que deben hacer". Lección que parece haber aprendido el delantero. "Los delanteros sí podemos ser felices sin marcar. Por ejemplo, si haces el trabajo que hice yo ante el Alcorcón, donde también participé en el primer gol, te marchas contento a casa por haber ayudado al equipo. Entonces es cuando disfrutas en el campo. Aunque claro, si luego marcas pues mucho mejor". Con el banquillo un poco más lejos y el horizonte algo más despejado, Portillo amenaza hoy al Valladolid (18.00) con las ideas claras: "Yo aquí vine a jugar y a ser importante".

Portillo, durante un entrenamiento.
Portillo, durante un entrenamiento.CARLOS DÍAZ-RECIO (DIARIO AS)

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