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Louise Brown, la "bebé probeta", cumple su primer año

Louise Brown, el primer «bebé-probeta» del mundo, celebró ayer, 25 de julio, su primer cumpleaños. Para sus padres, John y Lesley, esto constituye la prueba definitiva, una prueba de 365 días, de que el milagro del nacimiento de su hija es tan real y permanente como la alegría que ella supuso.

Para Louise es la primera oportunidad de quedarse pegada a la tarta más grande que ha visto hasta la fecha, literalmente pegada: intentó probar la tarta con el pie.Hay regalos y postales de amigos de todo el mundo; a su edad, Louise ya es conocida en todo el mundo.

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Sin embargo, el interés científico que mostraron en el bebé los doctores de Europa, Japón y Estados Unidos no fue nada comparado con la fascinación que sintió Louise por su primera tarta de cumpleaños.

La única vela rosada la encantó, y su madre, Lesley, sin poder contener la risa, tuvo que hacerla desistir de examinar la llama, retirándole la mano de la vela.

Louise la apagó de un soplo (con una ayudita de papá y mamá), y a continuación llegó el gran momento: el primer bocado de tarta.

Pero hasta un bebé como Lcuise puede tener problemas con un enorme pedazo de tarta helada. Se le escapaba de las manos y se deshacía al morderla, pero en un cumpleaños siempre se permiten ciertos excesos, y a ningún padre olgulloso le preocupa que se ensucie todo, ni siquiera si se meten los calcetines en un pegajoso relleno de chocolate.

Lesley Brown dijo: «Es un gran momento para nosotros también. Lulú es adorable y todos los que la conocen la quieren tanto... Es el bebé perfecto: precioso, grande para su edad y nada tímido. »

John Brown dijo: «Lulú es tan inteligente que tenemos que estar constantemente pendientes de ella. Es muy viva e inquisitiva y lo toca todo. Comenzó a hablar a los diez meses y creo que no va a ser sólo una preciosa rubia, sino que además va a ser muy inteligente.»

Louise, un rollito gorjeante, sonriente, nació hoy hace un año en el Hospital General de Olidham. Era una prueba viva de doce años de investigaciones a cargo del equipo británico formado por el ginecólogo míster Patrick Steptoe y el científico doctor Robert Edwards.

Ellos perfeccionaron la técnica que permite que la concepción tenga lugar fuera del cuerpo humano: un óvulo extraído de una mujer es fertilizado con esperma de su marido y mantenido en laboratorio durante varios días antes de reimplantarse en el útero de la madre.

Esta técnica ha traído la felicidad a muchas parejas que, de otra forma, serían incapaces de tener hijos.

Los Brown fueron la primera pareja; Louise, el primer bebé.

En los últimos doce meses han nacido más niños-probeta, auténticos milagros para todo el mundo.

Pero para el camionero John y su esposa Lesley, Louise es el único milagro que cuenta. Por su parte, la niña celebró su cumpleaños concediendo su primera entrevista a la prensa.

Sonriendo, tras un enorme pedazo de tarta, balbuceó: «Baba, baba.»

No fue lo que dijo lo que hizo reír a todo el mundo, sino cómo lo dijo.

Más tarde sahó al jardín de la casa de sus padres, en Bristol, a chapotear en el agua de la piscina portátil, su regalo de cumpleaños.

"Míster Steptoe y el doctor Edwards nos dieron a Louise», dijo Lesley. "¡Cuando nació la llamé "Perfecta" y me parecía mentira poder ser tan feliz. Pero ver crecer a Lulú es una alegría continua. Cada día somos más felices.»

Y mientras su hija se divertía y balbuceaba sola, sus padres celebraron el aniversario con un beso.

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