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Un año después de Harrisburg el debate atómico continúa abierto

A las cuatro de la madrugada del día 28 de marzo de 1979, dos técnicos del turno de noche vigilaban rutinariamente en la sala de control de la central de Three Mile Island, en el río Susquehanna, en el Estado norteamericano de Pensilvania. Sin que se dieran cuenta se produjo una pequeña avería en una de las válvulas del sistema de refrigeración del reactor de 880 megavatios. Posteriormente, fallos mecánicos y humanos en cadena convirtieron el incidente en el accidente más grave sufrido por una central nuclear.El caso Harrisburg ha provocado a lo largo de los últimos doce meses una toma de conciencia sobre los peligros potenciales de la energía nuclear. Sin embargo, los suizos votaron el pasado mes de mayo a favor de la «ley atómica» que reglamenta la construcción de nuevas centrales. Esta semana, Suecia, por un 58% contra un 38% apoyó la instalación de nuevas plantas atómicas.

Más información
Lecciones y consecuencias del accidente de la central nuclear de Three Mile Island

El accidente de Harrisburg «descubrió» en las semanas posteriores que numerosas centrales en todo el mundo tenían defectos. En Estados Unidos varias fueron cerradas. En septiembre último, la central nuclear norteamericana de North Anna, en Virginia, sufrió un accidente similar a la de Three Mile Island. La semana pasada, dos plantas atómicas, en Suecia y Francia, tuvieron que ser paralizadas por graves «incidentes» técnicos. La central nuclear española de Santa María de Garoña también ha tenido últimamente problemas.

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