Un creador para todas las épocas
El nombre de Sigfrido Burmann está estrechámente relacionado con los intentos de renovación del teatro español a finales, de los años veinte, sobre todo en relación con las grandes temporadas realizadas en el teatro Eslava por Gregorio Martínez Sierra, el primero que introdujo un concepto modemo de dirección escénica y que comenzó a dar a la escenografía un valor pictórico. El español Manuel Fontanals fue probablemente el gran hallazgo de aquella época; con el italiano Mignoni y el alemán Burmann colaboraron con don Gregorio.Burmann trajo a España un sentido del decorado corpóreo sobre el telón pintado (en el cual aún trazarla Fontanals líneas bellísimas), que fue desarrollando poco a poco; obtendria grandes resultados en estilo, ya después de la guerra, en el teatro Español, cuando este fue dirigido por Cayetano tuca de Tena. Una época en la que a los clásicos se les dotaba de un valor de recuperación de viejas tradiciomes. No harían esta recuperación ni Burmann, ni Luca de Tena a costa de la modernidad, sino que procurarlan siempre dar al escenario un valor en el que unas veces el expresionismo -tan bien recibido por Burmann de los maestros alemanes-, otras el simbolismo, resaltaban convenientemente el sentido de las obras representadas. Burmann supo siempre recoger el sentido del tiempo y la corriente de los estilos; es decir, fue papaz de evolucionar, lo cual en el teatro es una gran virtud. En el teatro posterior a esa época, en el cine, siguió trabajando hasta muy recientemente.