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El informe sobre la descoordinación policial en el caso de Rentería culpa a la Policía Municipal

La operación prevista para la desactivación de la bomba que hirió gravemente al niño Alberto Muñagorri, en la localidad guipuzcoana de Rentería, quedó detenida horas antes de que ésta estallara, al recibir el 091 una comunicación de la Policía Municipal de dicha ciudad, mediante la cual se informaba que el entonces supuesto artefacto no presentaba aspecto de tal. Este es uno de los principales datos que ofrece el informe realizado en las últimas horas en Rentería por un equipo policial y cuyo contenido ya conocen los responsables del Ministerio del Interior.

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Precisamente ayer, el gobernador civil de Guipúzcoa, Pedro de Arístegui, mantuvo diversos encuentros en el Ministerio del Interior, uno de los cuales lo fue con su titular Juan José Rosón, a quien informó cumplidamente de lo investigado hasta la fecha.Fuentes de ese ministerio indicaron a este periódico que la primera llamada recibida en el 091, sobre la existencia de un paquete sospechoso junto a las oficinas de Iberduero de Rentería, fue efectuada sobre la una de la madrugada. Las mismas fuentes indicaron que el 091 puso en marcha inmediatamente el mecanismo previsto para estos casos, que contempla una serie de medidas precautorias, todas ellas previstas ante posibles emboscadas, estrategia que suele utilizar ETA militar en sus ataques a miembros de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado.

El informe indica que el 091 envió a la zona donde se encontraba el paquete sospechoso un equipo policial camuflado, que siguió las incidencias de cerca sin que las personas que circulaban por la zona se apercibieran de que eran policías, medida ésta que suele ser habitual en los últimos tiempos en este tipo de situaciones. Media hora después de la primera llamada telefónica se produjo otra llamada de la Policía Municipal al 091, en la que se informaba que, revisado el paquete sospechoso previa orden del 091, éste no presentaba ningún tipo de peligrosidad.

Las fuentes consultadas por esté periódico señalaron que "al entender el 091, inducido por parte de la Policía Municipal, que el paquete sospechoso no revestía peligrosidad, se detiene la operación Edex (desactivación de explosivos) y se solicita que se ponga en marcha un dispositivo de seguridad en torno al paquete hasta al día siguiente". La vigilancia del entonces supuesto artefacto fue encomendada, siempre según las fuentes consultadas, a la propia Policía Municipal, que, sin embargo, no cumplió el citado cometido.

Falló el mecanismo de la bomba

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El informe, cuya validez debe ser puesta a prueba por haber sido, efectuado por personal dependiente del Ministerio del Interior -una de las partes afectadas, la otra lo son la Policía Municipal y el Ayuntamiento de Rentería-, baraja varias hipótesis sobre las circunstancias que rodearon a este suceso. Una de las cuales sería la existencia de un posible error en el mecanismo de relojería destinado a facilitar la explosión, que podría haber sido manipulado equivocadamente para después del mediodía, en vez de la medianoche, que probablemente era, a juicio de los redactores del informe, el momento previsto para hacer explosión.La investigación oficial aporta también otra serie de datos en torno a este caso, con los que se trata de demostrar que la Policía Municipal no cumplió las órdenes dadas por el 091 de que se mantuviera la vigilancia de la zona, como, por ejemplo, la existencia de varios testigos que presenciaron la situación del paquete y que, en casos concretos, lo desplazaron a otros lugares, como, al parecer, ocurrió con una persona determinada, que lo trasladó de su lugar de origen.

Como aspectos principales del informe, las fuentes de Interior que informaron a este periódico destacaron los supuestos fallos de la Policía Municipal de Rentería, principalmente no mantener la vigilancia del paquete, y la llamada de ésta al 091 adviertiendo que, previa comprobación, no presentaba peligro. Sobre este extremo cabe recordar que, el alcalde de Rentería, en un comunicado dirigido el martes pasado a la opinión pública y en el que se reflejaban los pasos dados aquella madrugada por la propia Policía Municipal, decía textualmente que, tras sugerirle el 091 que comprobara si el paquete contenía cables u otras anormalidades, a los diez minutos, la Policía Municipal llamó a este servicio policial diciendo que no.

También se indica que la Policía Nacional no actúa inmediatamente en este tipo de casos, ya que se ajusta a un mecanismo de seguridad preparado tras las últimas experiencias, que han demostrado la existencia de trampas que desembocan en atentados. Este mecanismo precautorio fue puesto en marcha, según las fuentes consultadas, pero se detuvo también al conocer, por parte de la Policía Municipal, que el paquete no revestía peligrosidad alguna. El informe destaca asimismo supuestas contradicciones entre los propios miembros de la Policía Municipal que se encontraban de guardia la aquella noche.

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