Los Victorino fueron diferentes
Hasta hace poco, Victorino decía que sus toros eran diferentes, que eran fieros y que nunca había que perderles la cara. Pero resulta que ayer, Ruiz Miguel, cuando toreaba al cuarto, llegó a perder la muleta y se lió casi a puñetazos y el toro tan tranquilo. Nobles fueron todos los demás, tan buenos colaboradores que parecían pertenecer a una ganadería de las llamadas comerciales.Ruiz Miguel ha estado sobrado de sitio y hasta arrogante con la dulzura del cuarto y suerte tuvo Campuzano de encontrarse con estos toros para abrirse a un público hasta ahora hostil con él, cuando se encontró toreando a placer a un sexto toro con una bondad inusitada, donde el torero estuvo por debajo del animal en una faena irregular, con pases de buen toreo con el pitón izquierdo.En su anterior toro, sin embargo, había estado vulgar.En la eufórica tarde, Esplá volvió a ser ese torero suelto, marchoso en torería, cuando cruzaba la plaza con el capote al hombro, o arrojaba la muleta por la espalda, y ser capaz de saltar el callejón con los pies por delante. Lucido y suelto en todos los terrenos, con una mejoría ascendente cada tarde.
Plaza de Logroño
23 de septiembre. Toros de Victorino Martín.Ruiz Miguel. Ovación / Oreja. Tomás Campuzano. Ovación Dos orejas. Luis Francisco Esplá. Ovación / Oreja.