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Descentralización y programación autónoma

Tomàs Delclós

Los servicios de la Filmoteca en Barcelona obtuvieron, en junio de 1981, una independencia de funcionamiento con respecto a Madrid y pasaron a integrarse dentro del departamento de Cinematografía de la Generalitat de Cataluña. Sin embargo, los traspasos de Filmoteca, así como los del Fondo de Protección, están pendientes de la firma de un convenio específico.Esta situación de espera crea serias dificultades a la Filmoteca de la Generalitat. Por ejemplo, para la cesión de filmes desde Madrid con vistas a la proyección de ciclos se alega que se ha de consultar a sus propietarios para su cesión, consulta que no debía realizarse antes, cuando ambos centros pertenecían a una misma institución.

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Antes, como delegación de la Filmoteca de España, los ciclos y proyecciones que se realizaban en Barcelona procedían, sin mayores inconvenientes, de Madrid, como una nueva actividad de la misma filmoteca. Desde que el centro catalán adquirió la autonomía, y hasta que no se firme el convenio de colaboración, la relación entre ambas filmotecas se establece por cauces normales, lo que implica que los ciclos organizados en Madrid han de negociarse para su envío a Barcelona y no se produce su programación automática.

Por otra parte, hasta que la Filmoteca Española no acceda a la condición de organismo autónomo, su dependencia de la taquilla para cubrir determinados gastos es importante y, en consecuencia, alega que no puede programar alegremente ciclos minoritarios. En la actualidad, la Filmoteca de la Generalitat ha elaborado un ciclo de filmes escogidos por el poeta Joan Brossa. A pesar de que los gastos correrían íntegramente a cuenta de Barcelona, la gestión internacional para conseguir algunos de los títulos escogidos depende de Madrid y la Filmoteca Española es reacia a montar este ciclo en la capital de España.

La Filmoteca de la Generalitat no está reconocida por la federación internacional de cinematecas. No se trata tanto de un problema formal -reunir las condiciones técnicas exigidas- como de desconocimiento de su existencia ya que, antes de su autonomía, las gestiones internacionales pasaban por Madrid. Barcelona cuenta con un archivo de unos trescientos filmes y algunos de ellos son reclamados por Madrid alegando que el depósito en Barcelona lo era en concepto de tránsito.

Aunque este detalle es cierto, en algunos casos, también existen filmes, por ejemplo los realizados por productoras catalanas, cuyo propietario ha dejado el negativo en depósito especificando que debe ser Barcelona la depositaria. Madrid argumenta que las películas no son un material territorializable.

La Generalitat ha lanzado esta pasada semana un ambicioso proyecto de descentralización de las actividades de la filmoteca catalana, con proyeccciones por toda la geografía catalana.

La Filmoteca de la Generalitat, al ser un mero departamento dentro de la administración autonómica, carece de presupuesto específico y sus distintas tareas se detallan en partidas de un presupuesto más general.

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