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TRIBUNALES

Fuertes medidas de seguridad en el comienzo del proceso a dirigentes de Herri Batasuna por los sucesos de Guernica

El juicio contra los 19 responsables de Herri Batasuna (HB) procesados por los incidentes ocurridos en la Casa de Juntas de Guernica el 4 de febrero de 1981, con motivo de la visita del Rey, se inició ayer en el salón de plenos del Tribunal Supremo. Se proyectó el vídeo de la retransmisión televisada del acto en Guernica, en medio de gran tensión en la calle y con un impresionante dispositivo de seguridad.

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Finalizada la prueba del vídeo, la vista fue suspendida hasta hoy, a petición de los defensores. Varios autocares y coches con familiares y simpatizantes de los dirigentes de Herri Batasuna han llegado del País Vasco para asistir al proceso, que durará varios días, aunque la mayoría de ellos han tenido que quedar fuera de la sala por su escaso aforo. A lo largo de la mañana de ayer fue detenido un simpatizante de HB por llevar en la solapa una pegatina con una ikurriña. Fue retenido una hora y media y posteriormente puesto en libertadVarias compañías de la reserva de la Policía Nacional, con material antidisturbios, controlaban todos los accesos a la zona, y las calles que rodean el Palacio de Justicia, a excepción de Bárbara de Braganza, han sido cortadas al tráfico. Para acceder a la sala había que atravesar un riguroso control de identidad y un arco detector de metales y explosivos.

Nada más iniciarse la vista, Miguel Castells, uno de los procesados, que dada su condición de abogado se defiende a sí mismo, solicitó en nombre de todos los defensores que se suspendiera el juicio hasta que no fueran retiradas las unidades especiales de policía del exterior y las del interior del edificio.

Castells añadió que el aparato policial era inadecuado en un juicio por un delito de expresión, y que la policía estaba tratando al público como sospechoso de terrorismo. El presidente del Tribunal, Fernando Díaz Palos, desestimó la petición de los defensores y dijo: "Aquí no va a pasar nada".

Dos de los acusados, Francisco Letamendía Ortzi, y Bernardo Javier Onaindía, se encuentran en rebeldía. El primero se encuentra en Francia y el último en Colombia, según informaron miembros de la coalición.

El fiscal, que en la sesión de ayer no llegó a intervenir, pide para cada uno de los procesados penas de ocho años y un día de prisión por un delito de injurias graves al jefe del Estado; para José Luis Cereceda pide 11 años por el mismo delito, al apreciar la agravante de reincidencia, ya que ha sido condenado en dos ocasiones anteriores por colaboración con bandas armadas.

El fiscal ha realizado una calificación alternativa, y, para el caso de que el Tribunal considere que no hubo menosprecio en la actitud de los miembros de Herri Batasuna, solicita penas de tres meses de arresto y multa de 30.000 pesetas por desórdenes públicos. Para Cereceda, la pena sería de cinco meses y la multa de 100.000 pesetas.

Prueba del vídeo

La sesión de la mañana se inició con la proyección del vídeo de los incidentes, la primera vez que se utiliza en España un vídeo como medio de prueba en un juicio. Se tuvo que repetir el vídeo varias veces, unas en su integridad y otras por partes, para atender a las peticiones de todos los abogados de hacer constar en el acta detalles de lo ocurrido. El vídeo tenía una duración de 16 minutos, pero la totalidad de las proyecciones duraron dos horas y 20 minutos.

Entre las precisiones que hicieron constar los abogados figuran que el canto del Eusko Gudariak (Soldados de Euskadi) por parte de los miembros de Herri Batasuna quedaba ahogado por otros gritos y manifestaciones; que el Rey hacía ademán de no oír y pedía que los dirigentes de HB elevaran la voz; que había una persona que dijo "todo está previsto"; que el Rey durante el incidente no tomó notas, pero que después leyó un papel con la contestación a los incidentes; que el presidente del Parlamento, Juan José Pujana, calificó los hechos como "pequeño incidente"; que pasaron cuatro minutos hasta que el presidente pidió silencio por primera vez y que cuando lo hizo ya no había cánticos; que el vídeo empezó con los cánticos del Agur Jaunak (Adiós Señor) y el Gora ta gora Euskadi (Viva y viva Euskadi).

Los defensores afirmaron no reconocer la autenticidad de la prueba del vídeo como tal, ya que, dijeron, "es fácilmente manipulable", a lo que el presidente de la sala respondió que todos los documentos son manipulables.

Finalizada la prueba del vídeo, a petición de los defensores se suspendió la sesión para que los letrados pudieran valorar con sus defendidos los aspectos de la grabación.

Incidentes

Concluida la sesión, uno de los simpatizantes de Herri Batasuna que había asistido al juicio fue detenido por policías antidisturbio por llevar una pegatina en la que iba pintada una ikurriña. Alguno de los abogados intentó negociar su puesta en libertad inmediata, pero fue trasladado a comisaría en un vehículo zeta, "para ser identificado".

Varios reporteros gráficos intentaron fotografiar al detenido, que esperaba en la calle a ser trasladado, pero algunos policías les amenazaron con frases como "al que haga fotos, le rompo la cámara", y se produjo un incidente verbal que fue solucionado una vez que el detenido fue trasladado por uno de los jefes de la fuerza, que restó importancia al problema.

Varios de los asistentes, entre los que figuraba alguno de los abogados defensores, se colocaron en lugares visibles ikurriñas similares a la que llevaba el detenido y se pasearon ostensiblemente entre los policías, que no detuvieron a nadie más.

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