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El accidente del 'jumbo' de Avianca en Madrid

Sólo faltaba la autorización para el aterrizaje

El Jumbo realizó con corrección las maniobras de aproximación a Madrid, según técnicos del aeropuerto madrileño, y ya sólo le faltaba sobrevolar Mejorada para, inmediatamente después, obtener la autorización para el aterrizaje. Los restos del aparato fueron localizados a escasa distancia de la trayectoria reglamentaria para efectuar la maniobra de aproximación a la pista 33, la principal para aterrizajes en Barajas.El plan de vuelo normal de un avión que realiza el vuelo de París a Madrid es el siguiente. Nada más despegar, conecta por radio con France-Control, centro de control para el sobrevuelo del espacio aéreo francés. Este centro traspasa la responsabilidad del control, ya en las inmediaciones del espacio aéreo español, sobre los Pirineos, a Madrid-Control (Paracuellos), encargado de la misma tarea en España. En las proximidades de la localidad de Castejón (Guadalajara), donde existe una radio-ayuda, Madrid-Control transfiere dicha responsabilidad a Madrid-Aproximación (también dependiente de Paracuellos), que, basándose en el radar, se ocupa del control en la zona terminal de Madrid hasta que, el control es traspasado, una vez que el avión ha sobrevolado la localidad de Camporeal, a la torre del aeropuerto de Barajas, que finalmente se encarga de autorizar el aterrizaje.

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El avión perdió altura tras una pequeña explosión en una de las alas, según los primeros datos oficiosos

El avión de Avianca llegó a conectar con todos los controles, incluido el de la torre de control de Barajas, con el que normalmente se comunica cuando sólo faltan cerca de dos minutos para tomar tierra. A ninguno de ellos, según las diferentes fuentes consultadas, se les comunicó desde el avión la más mínima anomalía; Por ello, todos los técnicos consultados aseguran que el accidente debió producirse de forma absolutamente imprevista para la tripulación, que debió disponer de muy escasos segundos para reaccionar.

Tanto fuentes de Avianca como de Aviación Civil excluyeron en principio cualquier responsabilidad de los controladores y, por su parte, el comandante Raúl Tori no excluyó que el accidente se haya debido a una "maniobra desafortunada" de la tripulación, ya que el siniestro se produjo en el mismo momento en que el avión efectuaba su último viraje hacia la derecha, con un viento que le desplazaba hacia la izquierda, y con una velocidad muy reducida del aparato, circunstancia en la que un incremento del ángulo de viraje puede aproximar a la nave a una condición de pérdida de sustentación.

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