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Una irregular situación laboral, origen de la locura

Eulalia Gómez Arevalillo aún no sabía que dos de las víctimas de su hermano habían fallecido. En cuanto lo supo, la mujer, de unos 50 años, quedó consternada. Poco después comenzó a llorar desconsoladamente. Una silla de la entrada de la Jefatura Superior de Policía le permitió aguantar, inicialmente, el drama que comenzaba. No se lo creía, no podía creérselo. Su hermano, Víctor, había realizado aquello, y ahora ella debía ir a casa de su otra hermana para contárselo todo. El mundo parecía venirse abajo para Eulalia.Poco antes de comunicarle el desenlace del drama, Eulalia Gómez había explicado a EL PAIS las circunstancias personales que rodeaban la vida de su hermano hasta el mediodía de ayer

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"Víctor estaba muy enfermo, le habían extirpado un riñón; el que le queda no le funciona y le produce unas piedras que le martirizan. Además tiene problemas en la columna", explicó antes de añadir que los principales quebraderos de cabeza de su hermano eran "de trabajo y de futuro". En cierta ocasión, la abogada laboralista María Consol Maqueda había hablado de esos problemas, según Europa Press, con Josep Maria Trias de Bes, y con algunas amigas, a quienes dijo: "Con este hombre iremos mal".

"Víctor trabajaba en la agrupación desde hace muchos años, y nunca le habían reconocido oficialmente su trabajo. Hace seis meses fue a Magistratura a denunciar a su empresa. Tenía miedo de quedar enfermo y que la Seguridad Social no le reconociera sus años de trabajo", afirma Eulalia. Según contó la hermana de Víctor Gómez, que es soltero y comparte actualmente una vivienda de la calle del Concilio de Trento con otra hermana, viuda y con un hijo, "los representantes de la empresa no acudieron a las dos citaciones de Magistratura y aquello le puso muy nervioso".

Desde el pasado mes de enero, Víctor Gómez decidió no firmar las hojas de su salario y presionar así a la Agrupación Local Sindical de Trabajadores a Domicilio para que le solucionaran sus problemas. Eulalia explicó que "estaba desesperado con este tema, y ayer, según ha explicado a los policías que han hablado con él, le dijeron que, si no firmaba, no cobraría, y aquello fue lo que le debió de trastornar".

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