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Empresario a los 14

Sevillano, de 37 años de edad, casado con María Luisa de Castro, y con dos hijos de 11 y nueve años, Rafael Padura Rodríguez era conocido en Sevilla por su actividad empresarial al frente de una importante imprenta que lleva su nombre, que le llevó a ocupar cargos representativos en el sector. La imprenta Padura tiene tres importantes locales en Sevilla: uno en la calle de las Sierpes, otro en la de la Cuna, y un tercero en la de Luis Montoto, donde se produjo ayer su muerte. Padura estaba vinculado a la actividad empresarial desde los 14 años.En 1977 participó en la fundación de la Agrupación Provincial de Comerciantes (Aprocom), donde tuvo puestos de responsabilidad en todos los comités ejecutivos y juntas directivas. El 13 de enero de 1983 fue nombrado presidente de este organismo, de donde pasó, el 6 de marzo de este año, a la presidencia de la Confederación de Empresarios de Sevilla. Un mes más tarde renunciaba a su cargo al frente de Aprocom para poder dedicarse más intensamente a la CES.

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Igualmente, formaba parte de la junta directiva de la Confederación de Empresarios de Andalucía. Conocido como un hombre afable y de trato agradable, se mostró, no obstante, enérgico en algunas actitudes críticas hacia la gestión del Gobierno 'socialista. Radio Sevilla reproducía ayer unas antiguas declaraciones suyas en las que criticaba la reforma de la ley de Enjuiciamiento Criminal, "que permitió la salida de la cárcel de 7.500 presos", comentaba en aquella ocasión.

Rafael Padura, en su etapa al frente de la Asociación de Comerciantes de Sevilla, se había quejado reiteradamente de la falta de seguridad ciudadana, de los daños que esto provocaba en el citado sector y de la falta de energía del Gobierno socialista para afrontar este problema. Igualmente, había realizado declaraciones contra el proyecto del Ayuntamiento sevillano, a punto de consumarse, de cortar el tráfico en el casco antiguo de la ciudad.

En el aspecto personal y familiar, Rafael Padura era considerado como un hombre de aficiones hogareñas, con un ritmo de vida tranquilo, activo y trato amable. Sus restos serán enterrados este mediodía en el cementerio de San Jerónimo, de la capital sevillana.

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