Violencia sin precedentes
Una gran mayoría del público británico está en contra de la huelga, entre un 65% y un 70%, según todas las encuestas de opinión publicadas hasta la fecha. La actitud contraria a la huelga de la opinión pública se debe principalmente a las escenas de violencia protagonizadas en los enfrentamientos entre piquetes y policía, sin precedentes desde la huelga general de 1926, y en los que ninguna de las dos partes está libre de culpa.A los apedreamientos de policías por parte de mineros, la policía ha respondido con cargas a caballo y con un despliegue de material antidisturbios desconocido hasta ahora en este país. Para Denise Fitzpatrick, mucha de la violencia de los piquetes la ha producido la policía, con el fin de que los filme la televisión. Un equipo de Televisión Española sufrió la intimidación de la policía de Yorkshire cuando, después de cambiar tres veces de sitio las cámaras, fue amenazado por un agente con "romper algunas piernas" si no abandonaban el lugar.
Odio a la policía
Según la señora Fitzpatrick, un inspector de Yorkshire llegaba todos los lunes a la línea de piquetes establecida en Cortonwood y prohibía a sus hombres en voz alta "hablar con esas slags" (literalmente, desecho del carbón, pero coloquialmente pu tas en la acepción del norte del Reino Unido).
La violencia generó violencia hasta el punto que un taxista que trasladaba al trabajo a un minero que rompió la huelga, acuciado por necesidades económicas, murió cuando unos piquetes lanzaron un bloque de cemento desde un puente.
Desde entonces, la violencia ha decrecido hasta casi desaparecer por completo. Pero, sin embargo, el odio de las comunidades mineras hacia la policía ha crecido hasta alcanzar límites insospechados en un país como el Reino Unido, famoso por las excelentes relaciones existentes hasta ahora entre las policías locales y las repectivas comunidades.
"Han tratado de equipararnos a los terroristas", dice Denise Fitzpatrick. "En mi casa ni en ninguna de nuestras casas les hablaremos rnás", añade.