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EL ATENTADO CONTRA LA EX DIRIGENTE 'ETARRA'

La ex 'etarra' se consideraba fuera de todo peligro

María Dolores González Cataráin, Yoyes, vivió desde su regreso a Euskadi, hace 11 meses, acogida a las medidas de reinserción, plenamente dedicada a su hijo, tratando de encontrar trabajo, preferentemente en eI área de la enseñanza, según indicaron ayer amigos de la ex dirigente de ETA Militar asesinada el miércoles. "Yoyes", señalaron, "vivía bastante aislada de la gente, porque todo su antiguo círculo de amigos pertenece al mundo de Herri Batasuna (HB) y además ella había optado por quedarse al margen de toda actividad política, creyendo que de esta forma conseguiría que la dejaran en paz. "Últimamente parecía sentirse muy segura, estaba convencida de que la campaña de pintadas y las amenazas con que fue recibida a su vuelta ya habían terminado, que lo peor había pasado y que ya no tenía nada que temer", manifestó ayer un ex compañero de organización de la que fue miembro de la ejecutiva de ETA.De hecho, en charlas privadas con sus amigos, Juanjo Dorronsoro, esposo de María Dolores González, relativizó meses atrás la campaña de amenazas contra Yoyes atribuyéndola a "los cuatro locos de siempre" y destacando que no todos los militantes de HB estaban de acuerdo con esas acciones. Posteriormente, el compañero de María Dolores Gorizález manifestó que la campaña había remitido ya casi totalmente y que se encontraban tranquilos haciendo su vida al margen de todo.

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Amigos de la víctima afirman haber escuchado recientemente a Yoyes que algunos rnilitantes de HB habían empezado a saludarla en la calle, aunque otros continuaban dándole la espalda. "Ella", señalaron, "trataba de sobreponerse al aislamiento, pero lo pasaba bastante mal, porque no entendía la sectarización de las relaciones personales, no entendía que le negaran el saludo compañeros y amigos de toda la vida. Ella", añadieron estas personas, "estaba alucinada con todo eso, y decía que cuando estuvo en ETA Militar no había observado nunca ese grado de sectarismo, que no entendía el giro de ETA Militar ni las manifestaciones de los dirigentes de HB.

Cena con ex 'etarras'

La víspera de su asesinato, Yoyes estuvo paseando en Ordizia (Guipúzcoa) con varios ex miembros de ETA reinsertos, a los que en el momento de despedirse animó para que organizaran una cena. Sus amigos y algunos de sus antiguos compañeros la definen como una persona de carácter firme, pero siempre dialogante y nada sectaria. María Dolores González huyó en 1973 a Francia, donde permaneció durante los seis años siguientes. La policía la acusó entonces de coordinar la estructura de la organización de ETAm en Guipúzcoa, de dar cursillos de adiestramiento a los nuevos activistas y de dirigir a los comandos legales (no fichados por la policía) de Bilbao.Tras el asesinato de Miguel Ángel Beñarán Ordeñana, Argala, cuyas tesis compartió en el comité ejecutivo de ETA Militar, Yoyes se trasladó a México, apartada ya de todo activismo, y se licenció en Sociología. Hace un año se acogió a las medidas de reinserción y regresó a Euskadi.

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