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LA PROTESTA ESTUDIANTIL

Un millar de estudiantes logra llegar a la Moncloa, pese al impresionante despliegue policial

Un millar de estudiantes de enseñanza media y de Universidad lograron llegar ayer a las proximidades del palacio de la Moncloa, pese al impresionante despliegue policial que acordonó los alrededores de la carretera de La Coruña. Quince personas -siete estudiantes y ocho agentes- resultaron con heridas leves, salvo un policía que sufrió conmoción cerebral, fue el balance de tres horas de enfrentamientos y cargas. En la manifestación, convocada por la Coordinadora de Estudiantes de Enseñanzas Medias y Universidad, que estaba expresamente prohibida por la Delegación del Gobierno, fueron detenidos 15 jóvenes.

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12 años después

A las 10.00 horas, la policía tenía tomada la zona y, en especial, el entorno del palacio de la Moncloa, sede de la Presidencia del Gobierno y objetivo final de los manifestantes. En el Arco del Triunfo se concentraban a esa hora 150 antidisturbios, cuya misión consistía en impedir el paso a los jóvenes que salían por las bocas de metro de Moncloa y en cachear a todos aquellos que pretendían pasar el cordón policial.Quinientos metros más atrás, en la confluencia de la carretera de La Coruña con la avenida Complutense, otra Compañía de Reserva General, con un botijo, tenía la orden de impedir que ningún manifestante utilizara la carretera nacional para acercarse a la Moncloa. Por último, en el exterior del palacio, 35 camionetas aparcadas en el arcén de la carretera, un segundo botijo Y otra decena de vehículos en los accesos, con sus correspondientes dotaciones, se repartían la vigilancia con dos unidades de caballería. Completaban el millar de agentes movilizados para la ocasión numerosas patrullas con coches zeta y diversas unidades aparcadas en el barrio. Un helicóptero policial Sobrevoló continuamente la zona.

Los manifestantes, que a las diez de la mañana habían abandonado sus centros, educativos con intención de concentrarse en el Arco del Triunfo dos horas después, vieron obstaculizado su paso frente al cuartel general del Ejército del Aire. A pesar de ello, los estudiantes lograron concentrarse en la calle de la Princesa.

Sin previo aviso, los agentes situados en prim!pra línea, con escudos, cascos y porras, se dirigieron a los concentrados y comenzaron las carreras. Instantes después una camioneta con megafonía indicaba a los presentes que la manifestación no estaba autorizada y pedía a todos que se fueran. A partir de entonces, los saltos de estudiantes, las carreras de los policías tras ellos y sus cargas indiscriminadas a todo joven que pasaba por la calle se convirtieron en una escena habitual.

Varias calles de la zona -Gaztambide, Fernández de los Ríos, Fernando el Católico- vieron su tráfico interrumpido con vallas metálicas y coches cruzados por los estudiantes en la calzada. En ningún momento la policía hizo uso de armas largas -lanzapelotas de goma y de botes de humo-, y se limitó a utilizar las porras. Una parte de los policías llevaba, incluso, vacias las cartucheras, sin su pistola reglamentaria. En total podría haber en la zona unos 5.000 estudiantes (2.000, según la Delegación del Gobierno).

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Hasta ese momento, el lanzamiento de objetos contra la policía se había producido en muy contadas ocasiones. La situación varió a partir de las 12 horas cuando la policía controlaba prácticamente la situación. A esa hora llegaron al pabellón de gobierno de la Complutense 500 estudiantes de la facultad de Filosofía y Letras, que se encuentran en huelga y que habían obtenido permiso para manifestarse por el campus universitario.

Los estudiantes de enseñanza media, dispersos por la Moncloa, se unieron a este colectivo. La policía penetró en el recinto universitario y a partir de este momento, algunos estudiantes comenzaron a lanzar piedras, mientras la policía golpeaba a los manifestantes.

Minutos después, los universitarios, seguidos de los de enseñanza media, decidieron dirigirse al edificio B de la facultad de Filosofia, situado exactamente enfrente del palacio de la Moncloa y separado de él por la carretera de La Coruña. La policía, curiosamente, se mantuvo en sus puestos, a pesar de la intención de los manifestantes de llegar a la Moncloa atravesando el campus.

Un centenar de jóvenes logró cruzar la carretera hacia la facultad de Políticas, colindante con el palacio, a pesar del cordón policial que pronto se estableció en la mediana de la carretera. Este grupo llegó a estar a 15 metros de la valla de seguridad de la Moncloa. Ante la posibilidad de que el millar de manifestantes atravesara la mencionada carretera fue desplazada al lugar una unidad de caballería y una decena de furgonetas, que fueron apedreadas.

El enfrentamiento con piedras y las cargas policiales se mantuvieron en la loma situada frente al edificio universitario hasta pasadas las tres de la tarde, en que los manifestantes estudiantes se retiraron del lugar.

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