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SOCIALISMO DEL AÑO 2000

La crisis fiscal del 'Welfare State'

Joaquín Estefanía

En los años setenta se publicó en España un libro básico para el estudio de los fundamentos del Welfare State y, sobre todo, de sus límites. Se trataba de La crisis fiscal del Estado del Bienestar, de James O'Connors. En el seminario de Santander se han planteado algunas de las incertidumbres centrales analizadas en este texto, que dieron lugar a la deslegitimación del Welfare: ¿Se puede financiar a la vez el crecimiento económico sostenido y los programas de bienestar necesarios para capas crecientes de la población?; ¿Qué es más prioritario: universalizar estos programas o incidir especialmente sobre los marginados?.

El ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, que lleva varios años trabajando en estos temas, hizo una declaración tajante: "Los límites económicos, la escasez de los recursos no son motivo para poner entre paréntesis la política social, no pueden hacernos desistir del objetivo irrenunciable de garantizar a todos los ciudadanos ciertas necesidades básicas: salud, educación, vivienda, seguridad y trabajo, pero sí pueden y deben ser ocasión para constatar que tales objetivos no pueden alcanzarse recurriendo al crecimiento en frío del Estado".

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De Marx a Rousseau

El catedrático Julio Segura, que habló sobre Un proyecto de pacto social para la España de fin de siglo, enfatizó una y otra vez sobre la necesidad de clarificar qué papel le corresponde al sector público en este pacto, toda vez que de él podría salir un sector público ampliado pero profundamente ineficiente sobre el que, posteriormente, podrían volver a descargarse todas las cajas de los truenos.

Tanto para resolver este dilema, como para evitar las sorpresas de un crecimiento anárquico y a veces más sostenido por la especulación que por la producción, la docena de participantes en el seminario sostuvo la necesidad de una programación a largo plazo, que ahora no existe. La semántica jugó su papel: casi siempre se habló de programación y se evitó, como al demonio, el concepto de planificación.

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