"Los dos últimos toros eran para armarla", dice Victorino Martín

Victorino Martín tenía gran fe en la corrida de ayer y, principalmente, en los dos últimos toros, hijos de Belador -el que fue indultado en la corrida de la Prensa de 1982- que, según su testimonio, "eran para armarla".El hijo del ganadero decía anoche que le emocionó tanto su corrida como la profesionalidad del Niño de la Capea: "Estuvo en tío y tuvo muchos detalles de torero hecho y valiente. Si no hubiera sido por el viento, al primero le hubiera cortado la oreja. Destaco también", añadía, "el mérito que supuso que matara recibiendo al quinto, cuando sabía que ya tenía las orejas ganadas, y naturalmente una de las tandas de naturales que dió, que están entre las mejores que haya visto jamás".

El toro del triunfo se llamaba Cumbrerillo, y dice de él Victorino Martín que "fue excepcional porque apretó en el caballo, humillaba, tenía recorrido y transmisión. Quizá sólo le faltó un poquitín de fuerza". Pero aún le gustó más Escribiente, el sexto: "Ese aún era más bravo. Quizá más incómodo para torear, por codicioso, pero desde el punto de vista del ganadero, fue un toro muy importante".

Niño de la Capea se dejó aconsejar del ganadero para el orden de salida de los toros. "Él nos indicó que quería para empezar un toro que le diera confianza y que los dos últimos fueran para armarla, y como así eran, así se hizo".

Respecto al público comenta Victorino Martín que lo encontró entusiasmado en el quinto toro pero frío durante los cuatro primeros y en el sexto. "Está pasando últimamente en Las Ventas", explica, "que algún sector, cuando no salen las cosas como le gustan, quiere hacerse notar. De ahí que estuvieran a punto de conseguir, con sus protestas, que se devolviera al corral precisamente el quinto".

Asegura Victorino Martín que la corrida que tienen preparada para la feria de otoño aún es mejor que la de ayer, tanto por trapío como por nota de los toros.