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CICLISMO / TOUR

El mito Herrera

Luis Gómez

La prensa especializada francesa apuesta por el colombiano Lucho Herrera a las primeras de cambio, en cuanto se avecina cualquier montaña. Lo lleva haciendo desde 1984, año en que El Jardinerito, amparado en una fama labrada sin discusión en las cumbres andinas, hizo su aparición en el Tour de Francia. Y lo cierto es que Herrera, en cuatro años, no ha decepcionado. Pero Herrera ha sido lo que los periodistas franceses deseaban que fuera: una nota de color, una amenaza muy lejana, un especialista que servía fundamentalmente para cotejar los triunfos de los grandes corredores. Ahora, Herrera se puede convertir en una auténtica amenaza. Y, entonces, la prensa francesa cae despatarrada ante un mito que ha contribuido a engrandecer, pero al que no conoce bien.Sin embargo, la actuación de Herrera en la montaña del Tour ha sido brillante pero irregular. En general, Herrera ha actuado a la desesperada en las cumbres alpinas y pirenaicas, alternando célebres triunfos, colaborando con Hinault en 1985 o desfalleciendo horas después de un éxito para general luto de la afición colombiana. Y si se compara la actuación montañosa de Herrera con la del español Delgado, por poner un ejemplo, las diferencias no son tan notables como indican sus respectivas etiquetas.

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Así, en 1984, Herrera fue mejor que Delgado en tres etapas, con diferencias de 20 segundos, 7 segundos (cronoescalada) y 9.06 minutos (Alpe D'Huez). Pero Herrera cayó en La Plagne, donde Delgado fue cuarto con 16.30 minutos sobre el colombiano. El Tour 1984 acabó para Delgado antes de tiempo: se rompió la clavícula.

En 1985, las diferencias entre ambos fueron muy escasas. Delgado le sacó 25 segundos en Luz Ardiden a Herrera, pero perdió 1.23 minutos en Morzine. Al final, Delgado acabó sexto, a 11.53 del líder, Bernard Hinault. Herrera fue séptimo, a 12.53.

En 1986, Herrera tuvo un mal año, -acabó en el puesto 222 a 56 minutos de Lemond-, mientras Delgado tuvo su año par y abandonó en la 17ª etapa, tras la muerte de su madre. Delgado le sacó a Herrera 4.38 minutos al comienzo de los Pirineos, para responder Herrera a Delgado al día siguiente con 2.39 minutos de ventaja.

Y resta 1987, el año de Delgado, un año con mucha montaña. Herrera obtuvo 8 segundos sobre el español en la dura cronoescalada del Mont Ventoux. La diferencia entre ambos en etapas con puerto en la meta fue de 1.30 minutos para el español.

Herrera, pues, resiste comparaciones en la montaña. Sobre todo, si se tiene en cuenta que antes, cuando era un mito pero no un favorito, atacaba sin que nadie le tuviese dema.síado en cuenta. Ahora parece que no será igual. Y si quiere ganar, tendrá que estar en todas las etapas de montaña. Herrera se enfrenta, pues, ante su propio mito francés.

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