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GUERRA EN EL GOLFO

El bloqueo económico no pudo con Suráfrica

Las sanciones contra Irak tienen precedentes

El precedente del bloqueo internacional a Suráfrica para forzarla a suprimir el régimen de apartheid (que finalmente ha empezado a desmantelarse) resulta de especial significación cuando las Naciones Unidas acaban de adoptar una medida similar, incluso aparentemente más enérgica, contra el régimen iraquí para forzar a Sadam Husein a retirar sus tropas de Kuwait.

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En los recientes sucesos políticos de Surafrica (la legalización de partidos políticos y dirigentes negros) no hay indicios de que el presidente Frederik de Klerk haya sido presionado por las sanciones internacionales para sentarse a negociar.Los surafricanos blancos, los afrikaners, nunca habrían aceptado la presión para actuar en un sentido determinado. La frase "no nos someteremos a ninguna presión exterior" se oía con frecuencia en los mítines de los predecesores de De Klerk.

"Sanción" es una palabra que el mundo exterior utilizó para tranquilizar su conciencia política cuando retiró sus empresas no rentables de Suráfrica: General Motors llevaba años sin beneficios en Suráfrica cuando las "sanciones" la obligaron a desinvertir. Otras 160 compañias norteamericanas se marcharon, por lo menos 51 de ellas malvendidas a los surafricanos. "Sanción" es una palabra utilizada en el interior de Suráfrica como causa del desempleo y la miseria entre los negros, cuando de hecho la causa principal es el apartheid.

Desempleo

Según Chris Van Wyk, director de Bankorp, uno de los principales bancos del país, de no ser por las sanciones unos 500.000 negros tendrían hoy empleo. Las sanciones han provocado un descenso del 157. en el consumo interno y el Producto Interior Bruto (PIB) está al menos un 10% por debajo de donde estaría si las sanciones no existieran. Debido a éstas y a la desinversion , el país ha perdido desde 1985 al menos 20.000 millones de dólares (unos dos billones de pesetas).

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Pero los legisladores blancos, los afrikaners en el gobierno o el hombre blanco medio no se ven impelidos, por la amenaza de sanciones, a derribar el Gobierno. Ni siquiera a arrojar un ladrillo a la ventana del edificio gubernamental.

En Suráfrica, las únicas sanciones que hieren al ciudadano medio son los boicoteos deportivos. El país es fanático de los deportes -tiene un clima propicio para practicar cualquera de ellos- y el hecho de que su célebre equipo de rugby, su equipo de cricket o sus atletas blancos y negros no se puedan medir regularmente con el resto del mundo, causa profundo desasosiego cada vez que los Juegos Olímpicos se aproximan.

Las sanciones financieras contra Suráfrica tuvieron mejores efectos. El ministro de Finanzas Barend du Plessis dijo a comienzos de este año que la banca internacional había cortado los créditos. Para un país que necesita expandirse económicamente para sostener el fuerte crecimiento de su población, no conseguir nuevas inversiones supondría un grave daño. Eso, según algunos economistas, hundiría al país, dejándolo en una situacion económica tan desastrosa que cualquier sistema que sucediera al apartheid se encontraría ante inmensas dificultades.

En algunos aspectos, las sanciones han forzado a Suráfrica a ser autosuficiente.

Armamento

La primera vez que los británicos impusieron un embargo de armas contra el régimen de Pretoria, a mitad de los sesenta, Suráfrica empezó a desarrollar su propia industria armamentista, que creció hasta convertirse en un importante exportador.

Suráfrica ha abastecido a Irak con sus renombrados ca ñones de largo alcance G-5. Suráfrica nunca estuvo cerca de la derrota por las sanciones. El ministro de Finanzas Du Plessis dijo recientemente que si un país dispone de materias primas y buenos precios, siempre encuentra mercados. Los empresarios surafricanos desarrollaron una extrema habilidad para vender sus productos en mercados alternativos después de que los compradores tradicionales les cerraran las puertas. Según uno de estos empresarios, la retirada de las sanciones es bastante probable, pero Suráfrica no podrá recuperar sus viejos mercados. Sí recobrará un nivel de precios normal, sin el "descuento" impuesto por los compradores que acceden a quedarse con los productos surafricanos.

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