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POSGUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Irán asegura que no está implicado en los choques

Ángeles Espinosa

Irán afirmó ayer que no está implicado en los disturbios ocurridos estos días en territorio iraqui, y recordó su oposición a toda "intervención de un país en los asuntos internos de Irak", según la agencia oficial de noticias Irna.Teherán ha vuelto a convertirse una vez más en centro de observación privilegiado de lo que acontece en Irak. En esa capital coincidieron ayer el viceprimer ministro íraquí, Sadún Hamadi, y un enviado soviético, Alexandr Belogonov. Ambos emisarios intentan desvelar la actitud de las autoridades iraníes ante la revuelta shií que amenaza a Bagdad.

"Hay un levantamiento contra el Gobierno de Sadam Husein en algunas partes del país, pero su escala, incentivos, así como el papel del pueblo no están claros para nosotros", declaró Belogonov a Irna.

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El enviado soviético, que es viceministro de Asuntos Exteriores, se refería así con prudencia a las noticias de disturbios en el sur de Irak, habitado en su mayoría por shlíes, y en el norte, de predominancia kurda.

Las evidentes simpatías proiraníes de los sublevados del sur parecen también la causa de la inesperada visita de Sadún Hamadi.

Su llegada anteanoche no estaba prevista, según Irna, que indicó que Hamadi llevaba un mensaje de su presidente para el jefe del Estado iraní, Alí Akbar Hachemí Rafsanyani.

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Hamadi, que viajó varias veces a Teherán durante la guerra, es el único miembro shií del Consejo de Mando de la Revolución, la principal instancia política de Irak.

Guerra civil inminente

Un diario próximo al Gobierno iraní, el Tehran Times, pedía ayer al presidente Sadam Husein que dimita "por el bien del pueblo y para evitar que se derrame más sangre"."Las informaciones que nos llegan sugieren la posibilidad de una guerra civil inminente, que no puede sino ser un desastre para el pueblo iraquí, que ya ha conocido la destrucción de dos guerras", advertía el periódico iraní.

La República Islámica, que se ha esforzado por mantener su neutralidad durante el reciente conflicto de su vecino y hasta hace bien poco enemigo, goza de un gran ascendiente entre la mayoría shií de Irak.

Aunque las estadísticas son poco precisas, se calcula que un 55% de la población iraqui profesa el islam shií. Sin embargo, los hilos del poder se encuentran en manos de la minoría suní y el partido gobernante, el Baaz, se declara laico.

A pesar de todo, las autoridades de la república islámica no desean aparecer como animadoras de los disturbios. Además, tampoco quieren que esas revueltas en el país vecino se presenten como un enfrentamiento entre shlíes y suníes, porque su política propugna la unidad de ambas sectas.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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