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REBELIÓN MILITAR EN VENEZUELA

El presidente salvó la vida dos veces

La primera sorpresa del frustrado golpe la dio el presidente Pérez al revelar públicamente que los rebeldes querían asesinarlo. Pero un milagro lo salvó de ser víctima de un magnicidio. El presidente se salvó porque fue alertado por el ministro de Defensa, Fernando Ochoa Antich, a las ocho de la tarde del lunes cuando regresaba de Davos (Suiza) de que se estaban produciendo movimientos extraños en algunas guarniciones. Eso le permitió desviar su coche en el camino al palacio de Gobierno.También se escapó de ser asesinado en La Casona, residencia presidencial, al salir antes de que llegaran los rebeldes en autobuses procedentes de la base militar de Maracay, 110 kilómetros al norte de Caracas. Iniciaron un fuego cerrado durante más de dos horas contra la residencia, en la que también se encontraban la esposa de Pérez, Blanca Rodríguez, sus hijos y sus nietos. Pero según las confesiones del ministro de Defensa, Fernando Ochoa Antich, y del presidente del Congreso, David Morales Bello, el mandatario venezolano igualmente tuvo suerte al escapar por un pasadizo secreto del palacio de Gobierno de Miraflores.

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Las peripecias de Pérez y su afirmación de que iba a ser asesinado no convencieron al senador democristiano Rafael Caldera, quien ante el Parlamento puso en duda el objetivo del magnicidio, pues en su opinión se puede matar a un gobernante por mucha protección que exista como ocurrió en el caso de Somoza.

La duda de Caldera irritó el ánimo del presidente del Congreso, Morales Bello, quien insistió en la versión, pues alegó que si hubiera sido sólo un golpe para deponer a Pérez, los golpistas hubieran perpetrado los hechos durante su ausencia, pero "lo hicieron coincidiendo con su regreso para asesinarlo y crear así confusión en la población. El golpe estaba preparado con el agravante del magnicidio".

El último dictador

Venezuela lleva 33 años de democracia. El último dictador venezolano es Marcos Pérez Jiménez y vive en la lujosa urbanización madrileña de La Moraleja. El general Pérez Jiménez, cuando aún era un joven oficial del Ejército en 1948, participó en el golpe que derrocó al Gobierno democrático de Rómulo Gallegos, de Acción Democrática. Dos días después de las elecciones de 1952, que ganó Unión Republicana Democrática, el 2 de diciembre, Pérez Jiménez derroca al Gobierno naciente y se nombra dictador de Venezuela. Pero en 1958 las fuerzas democráticas liquidan a Pérez Jiménez, quien sale huyendo de Venezuela.

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Poco tiempo después fue extradido de EE UU y cumplió una pena de cuatro años en la cárcel de San Juan de los Morros. Luego, viajó a España y se instaló en Madrid.

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