_
_
_
_
_

La Iglesia mexicana pide al Gobierno que no emplee la violencia y escuche "al pueblo que sufre"

La Iglesia católica mexicana ha pedido al Gobierno "que no intente reprimir violentamente" el alzamiento de Chiapas, que es "la voz de la desesperación de un pueblo que sufre". Un comunicado de la Conferencia del Episcopado pide que se atienda ese clamor y no se minimicen los hechos, que podrían ex tenderse a otras zonas del país donde la pobreza "es atroz". El vicario general de la diócesis de Chiapas, Gonzalo Ituarte, rechazó las declaraciones oficiales que implican a su Iglesia de la sublevación: "Se nos calumnia para ocultar la injusticia social que clama al cielo"

Más información
Rifles de madera y palos con pinchos
Los soldados limpian de muertos San Cristóbal
Derrota militar, victoria propagandística
"Va a ser muy divertido. En poco tiempo los vamos a exterminar"

El comunicado, firmado por el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Ramón Godínez Flores, lamenta el alzamiento, pero afirma que lo sucedido "no es un hecho simplemente de violencia ni de contenido exclusivamente político. Es una voz del pueblo que sufre". El texto señala que los campesinos e indígenas levantados en armas presentan un pliego de peticiones antiguas y nunca satisfechas: desarrollo agrícola, asistencia sanitaria y educativa, democracia y justicia. "Ellos mismos han dicho que no se trata de una guerra para destruir, sino para edificar una patria mejor. La paz siempre estará en peligro mientras haya personas y familias que se vean obligadas a luchar por su misma supervivencia", prosigue el comunicado.

Para la Iglesia, la solución al conflicto empieza por "escuchar el clamor" de "estos hermanos" e iniciar un diálogo paciente. El comunicado insiste en la oferta mediadora lanzada por la Diócesis de Chiapas. "Quienes tienen autoridad", dice la nota, "deben estar atentos para descubrir el sentido de estas voces y no tratar de reprimirlas violentamente".

Ya en conversación con periodistas, Godínez Flores insistió en este punto: "La represión podrá silenciar a los hombres que caigan muertos, pero no lo podrá hacer con la inconformidad de un pueblo que tiene necesidades".

La reacción de la jerarquía eclesiástica mexicana, de tendencia conservadora, ha coincidido plenamente con la de la diócesis de Chiapas, único Estado donde ha arraigado la teología de la liberación. La actitud combativa de esta diócesis en favor de los derechos de los indígenas ha provocado roces continuos con las autoridades políticas, que mantienen, en palabras del vicario general de la diócesis, Gonzalo Ituarte, "una situación colonial". En declaraciones a EL PAÍS, Ituarte rechazó las declaraciones oficiales que implican a la Iglesia en el levantamiento. "Son calumnias que se han levantado contra la diócesis para ocultar una realidad de injusticia social que clama al cielo. En la diócesis hemos denunciado durante los últimos 34 años la injusticia, la opresión, la situación de extrema miseria, la marginación y el desprecio con que se trata a nuestros hermanos indígenas. Esto lo seguiremos haciendo porque revelar la verdad es un servicio de la Iglesia".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

"Si por denunciar una situación se nos acusa de ser su causa, esto constituye un error gravísimo y una desorientación para el pueblo y las autoridades que no contribuyen, en absoluto, a la solución de los problemas", añadió Ituarte.

El vicario explicó que el Gobierrio federal ha vivido de espaldas a los problemas de este Estado. "Muchas veces, las personas que tienen la potestad de tomar decisiones cuentan con información equivocada. Creen que los programas de gobierno ya solucionaron problemas que siguen existiendo". Los "problemas" se resumen en la carencia de tierras, algo vital para los indígenas, y unas condiciones de vida infrahumanas. "En los oídos sordos al clamor indígena por tener un nivel de vida más digno radica la polarización de los zapatistas, que en algún momento vieron agotada la vida pacífica para resolver sus necesidades, a pesar de que en la diócesis insistimos en que sí hay caminos viables para la solución de la problemática local, que ya no pueden seguir ignorándose".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_