_
_
_
_
_

Djulkic y la maldición del punto fatidíco

Xosé Hermida

Esta vez sí que fue un punto fatídico. Los aficionados que saltaron al terreno de juego tras el partido se cebaron con el círculo de cal que marca la zona para lanzar los penaltis. La posición desde la que Miroslav Djukic falló el tiro en el que se evaporó el título de Liga, quedó pateado, sin hierba, convertido en un sucio charco.Los penaltis han sido como una maldición para el Deportivo en los dos últimos años. Bebeto, el goleador del equipo, dejó de tirarlos tras encadenar una larga serie de fallos, el más grave esta misma temporada, en un encuentro de la Copa de la UEFA frente al Aston Villa en Riazor. A partir de entonces, el especialista pasó a ser Donato. Pero Donato no estaba ayer en el campo en el momento más importante.

Más información
El sueño se rompe en el último minuto

Cuando López Nieto señaló la falta, Bebeto huyó como de la peste. Fue el propio Djukic el que tomó la iniciativa, según relató luego su compañero Voro. Cogió el balón, enfiló la portería y lo tiró a las manos de González. Era la segunda vez que el azar le había colocado en una situación tan comprometida: el año pasado falló en el Bernabéu.El serbio abandonó el terreno de juego rodeado de cámaras de televisión y de micrófonos. No pudo ni musitar una palabra. Incluso tuvieron que llamar a su esposa para intentar sacarle de su estado de postración. Sólo acertó a hablar para pedir perdón a sus compañeros.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_