La aventura depende de la imaginación
El juego del rol, que hace furor entre los jóvenes, consiste en vivir con la imaginación aventuras alrededor de una mesa. Las reglas son simples: un grupo de amigos se reúne bajo las indicaciones del role master o director de juego. Éste otorga a cada participante una hoja donde está escrito el rol, esto es, el personaje que debe desempeñar y sus características: fuerza, habilidad, inteligencia, carisma...Después, el role master va indicando a cada uno de los jugadores lo que le va ocurriendo y lo que tiene que superar: ";Estás en una posada comiendo y de pronto se te aparece un enemigo: debes luchar contra él". El combate con el enemigo imaginario se dirime con los dados. Una tirada buena y la aventura continúa.
Las posibilidades son inmensas. Los amigos que juegan juntos pueden ser aliados, enemigos, pueden desarrollar la aventura en el presente o remontarse a los tiempos del Señor de los Anillos, la obra de Tolkien en la que se inspiran muchas de estas acciones imaginarias.
Al final, y tal como cuenta un practicante, Samuel Álvarez, estudiante de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid, "no se trata tanto de ganar o perder, sino de vivir una aventura imaginaria".
Otra modalidad de los juegos de rol practicada en la universidad es la denominada juegos de rol en vivo. Se trata, en esencia, de lo mismo: los participantes desempeñan papeles (roles), pero en esta ocasión no se juega alrededor de una mesa, sino en un espacio físico y real.
Es como representar una obra de teatro en la que se conocen los papeles de cada uno pero no el guión. Hace unos meses (véase El País Madrid del 16 de noviembre), en la Escuela Técnica de Ingenieros Aeronáuticos de Madrid apareció un muerto imaginario, y todos los estudiantes que quisieron se convirtieron en detectives. Había pruebas, alumnos-policías y, al final, un asesino de mentira.