Las tribulaciones de los socialistas
El Gobierno y el PSOE no tienen tiempo para pensar más allá de lo que les depara el día a día. Miembros del Gobierno y de la dirección del partido reaccionan con desconcierto cuando se les hacen determinadas preguntas. ¿Va a presentarse Felipe González a las próximas elecciones generales? ¿Va a nombrar algún vicepresidente? ¿Quién está en alza con vistas a la sucesión? ¿Va a haber remodelación de Gobierno?Con desánimo y desgana responden que ahora no se puede pensar en esas cuestiones. Y no tanto porque no fuera conveniente reflexionar sobre ellas, sino porque la realidad que les circunda es tan abrumadora que todas las energías se emplean en tomar decisiones diarias e intentar parar la corriente que amenaza con arrastrarles. Jueces, fiscales -sobre todo Granados-, Aznar y Anguita, son los causantes de sus tribulaciones.
Cierto es que cuando se celebró el debate del estado de la nación algunos ministros se plantearon estos pro blemas. Algunos comentaron que Felipe González no debería presentarse a las próximas elecciones, si se confirmaba la tendencia a la derrota, al objeto de preservarle de esa situación. Esta opinión es absolutamente minoritaria. La mayoría está dispuesta a apostar por González como próximo candidato y doblarían la apuesta si persiste el horizonte de fracaso. Según esta tesis mayoritaria, González nunca abandonaría el barco del PSOE en tiempos de vacas más que flacas para que fuera otro el que tuviera que soportar el golpe. "El sucesor de González no será un socialista sino José María Aznar", afirma un veterano ministro.
Cambios de Gobierno, nombramientos de vicepresidentes, cuestión de confianza y cualquier otra iniciativa queda para el 29 de mayo, el día después de las elecciones autonómicas y municipales.
