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Cuatro forenses analizan para dos jueces si los restos óseos son de Lasa y Zabala

Los jueces de San Sebastián y de Alicante ya no se disputan los restos óseos hallados hace más de diez años en una fosa natural de la montaña de Busot. Cuatro médicos forenses -dos enviados por el magistrado donostiarra Fernando Andreu y otros dos a las órdenes de la juez alicantina Carmen Menárguez- analizaron ayer en el cementerio municipal los cadáveres calcinados atribuidos ahora a los etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala. Los técnicos tienen el cometido de complementar la información en poder de ambos juzgados para determinar con exactitud si verdaderamente los restos corresponden a los dos jóvenes vascos secuestrados en Bayona (Francia) en octubre de 1983 y torturados hasta la muerte.

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Los forenses llegaron al depósito de cadáveres del cementerio alicantino -donde los esqueletos han permanecido todo este tiempo a una temperatura constante de 10 grados bajo cero por decisión del ex forense alicantino Antonio Bru- a las 9.30 de la mañana, pero la pareja de policías nacionales encargada de la custodia de los restos les impidió la entrada por no disponer de una orden judicial en regla.Miguel Ángel Devesa, Begoña Cardona, María del Carmen Baigorri y Luis Miguel Terejeta mostraron una orden de la juez Carmen Menárguez, pero llevaba fecha del 23 de marzo, día que en principio estaba previsto iniciar los trabajos. Esta eventualidad motivó que los médicos abandonaran el cementerio con destino al juzgado, para regresar a las 10.45 con un nuevo mandato, que les abrió las puertas del depósito de cadáveres.

Durante tres horas el equipo realizó mediciones de los huesos, tomó fotografías, comparó estudios anatómicos y fichas odontológicas, y recogió muestras. A las 2 de la tarde dieron por finalizado su trabajo, de cuyo resultado no ha trascendido absolutamente nada.

Cardona primero, y Devesa después advirtieron a los periodistas que se trataba de un asunto sometido al secreto judicial, y que por tanto no podían hacer "ningún tipo de comentario". Los médicos, en su celo profesional, intentaron evitar incluso que los reporteros gráficos tomaran imágenes del interior del depósito cuando se abrieron las puertas, y reclamaron colaboración policial para ello. Por un instante, sin embargo, los informadores pudieron comprobar cómo empleados municipales cargaban con los ataúdes en los que han permanecido los cuerpos durante una década para colocarlos sobre la mesa de trabajo.

Los forenses anunciaron que es posible que continúen hoy domingo con el estudio si así los estiman conveniente para "encontrar algún detalle complementario", y se negaron a responder si habían confirmado la identificación.

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El resultado de este estudio medico-forense y la definitiva prueba genética del ADN que se practicará en Madrid -se cotejarán los restos óseos con muestras de sangre de las madres de las víctimas- determinarán sin ningún género de duda si realmente se trata de los cuerpos de Lasa y Zabala, algo que desde ámbitos policiales se apunta como seguro.

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